– ¿Quién es?
– ¿Hablo con «Daniel»?
– Sí, soy yo. ¿Quién llama?
– Buenas tardes hijo, soy el padre Jorge.
– Perdón, se ha debido de equivocar, no conozco a ningún padre Jorge.
– Bueno, el papa Francisco.
Silencio.
– ¿Sigue ahí? Hijo, serénate. He leído tu carta varias veces. No he podido más que emocionarme y sentir un dolor inmenso al leer tu relato. Quiero pedirte perdón en nombre de toda la Iglesia de Cristo. Perdona este gravísimo pecado y gravísimo delito que has sufrido. Perdona, hijo mío, tanto dolor ocasionado y tanto como habrás sufrido. Estas heridas hacen que la Iglesia se resienta al completo. Cuentas con todo mi apoyo y el apoyo de toda la Iglesia.
Esta es parte de la conversación sostenida por teléfono entre el papa Francisco con un joven, originario de España, que denunció haber sido abusado durante su infancia. La llamada fue realizada luego de que el papa leyera la carta que, dirigida a «Sua Santità Francesco» a la Secretaria de Estado, Palacio Apostólico Vaticano, Ciudad del Vaticano.
Fue tras esta denuncia que el arzobispado de Granada (Andalucía, sur) suspendió a un grupo de sacerdotes, a los que un joven denunció a la Santa Sede por «abusos sexuales» cuando era menor, y la justicia española abrió una investigación preliminar.
«El Juzgado numero 4 de Granada ha abierto a principios de noviembre diligencias por abusos sexuales y se esta investigando bajo el secreto de sumario a 12 personas, pero no sabemos si son todos sacerdotes», afirmó a la AFP una fuente judicial, confirmando una noticia aparecida en la web Religiondigital.com.
Según ReligionDigital.com, «el Papa Francisco había forzado a que se iniciara una investigación por abusos en esta diócesis».
El arzobispado anunció, por su parte, haber suspendido a un grupo de sacerdotes a la espera de los resultados de la investigación judicial, afirmando haber seguido «escrupulosamente el procedimiento previsto» para estos casos.
«Desde el momento en que se tuvo noticia fehaciente de la acusación presentada ante la Santa Sede por un joven de Granada, de haber sufrido abusos sexuales por parte de un grupo de sacerdotes de la diócesis, este arzobispado ha seguido escrupulosamente el procedimiento previsto para estos casos por la disciplina canónica», afirmó el arzobispado en un comunicado.
En cuanto se abrió la investigación, «este arzobispado impuso las medidas cautelares a los sacerdotes directamente acusados de los abusos, retirándolos del ejercicio del ministerio sacerdotal», añadió.
El arzobispado asegura haber remitido las conclusiones de una investigación interna al Vaticano y asegura que en cuanto se conoció que la supuesta víctima había interpuesto una una denuncia, «el arzobispado se puso a disposición de la autoridad judicial».
Asegurando que «la inmensa mayoría de los sacerdotes vive ejemplarmente el ejercicio de su ministerio», el arzobispado afirma que «al cuerpo entero de la Iglesia le hieren y le duelen inmensamente que se puedan producir escándalos de esta naturaleza, cuya certeza y alcance tendrá que determinar finalmente la autoridad judicial».
Desde que subió al solio pontificio, el Papa Francisco aboga por la tolerancia cero contra la pedofilia, tras el surgimiento de varios casos en los últimos años que han afectado mucho a la Iglesia Católica, la mayoría de los cuales tuvieron lugar entre los años 1960 y 1980.