Carlos Segovia, marine de origen salvadoreño, recibió un balazo en la cabeza la semana pasada cuando estaba de licencia. La policía, que encontró al joven dentro de su vehículo, todavía no ha logrado esclarecer este caso.
Tras permanecer tres días en estado crítico en un hospital de Los Ángeles, California, Estados Unidos, los médicos del California Hospital desconectaron el respirador artificial al marine Carlos Segovia, de 19 años, quien el pasado 16 de septiembre recibió un disparo en la cabeza en un vecindario del suroeste de Los Ángeles.
Según Univisión, dos personas del norte de California recibieron los órganos de Carlos Segovia. Los dos pacientes, cuyas identidades no han sido reveladas, estuvieron gravemente enfermos y recibían diálisis, el proceso que extrae el agua y las toxinas de la sangre, una función propia de los riñones.
“A través de su regalo de vida siendo donante registrado en California, él ha podido salvar la vida de otros”, aseguró Tom Mone, director ejecutivo de One Legacy, en una conferencia de prensa en la que estuvieron presentes familiares del marine y que se llevó a cabo en el edificio Bob Hope Patriot Hall, que sirve a veteranos de guerra y que está ubicado en el centro de Los Ángeles, de acuerdo con la publicación de la cadena de televisión estadounidense.
Segovia se registró como donante de órganos al tramitar su licencia de manejo.
Univisión dijo que su madre, Sandra López, ha encontrado cierto alivio en medio de su tragedia al enterarse que su hijo dio vida a otros. “Siento que quiero conocerlos (a los receptores de los órganos) y saber de alguna manera que ellos están saludables y que mi hijo todavía está acá”, dijo la mujer. Y añadió: “Mi hijo me hizo sentir orgullosa cuando era pequeño, de grandecito, como un marine y después de muerto”, agregó.
En cuanto la investigación sobre la muerte del marine, la mencionada cadena de televisión dijo que está estancada, pese a que el Concilio de Los Ángeles aprobara por unanimidad una recompensa de 50,000 dólares para quien proporcione información que conduzca con los responsables del asesinato. Hasta el momento no hay pistas sólidas para esclarecer el crimen.
“A pesar de que hemos hecho nuestro mejor esfuerzo, todavía no hemos localizado ninguna evidencia, testigos o video, que nos conduzca a los responsables de este acto sin sentido”, sostuvo el capitán Pete Whittingham, del Buró de Homicidios de la Policía en el Sur de Los Ángeles.
Al momento la principal línea de investigación en este caso es que el marine Carlos recibió un disparo en la cabeza luego de que trató de impedir el robo del auto de la mamá de su novia, a quien había dejado en su casa unos minutos antes. La policía descarta que él haya sido un blanco específico.
“No hay nada que podamos hacer para cambiar lo que pasó (…) pero podemos capturar a los idiotas que creen que está bien arrebatar una vida”, dijo el presidente del Concilio de Los Ángeles, Herb Wesson, quien propuso la recompensa para resolver el caso.