El riesgo de robo para los bancos en América Latina pasó de los temidos asaltos a mano armada, a las manipulaciones informáticas y digitales, aseguró este jueves, en Panamá, el secretario general de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban), Giorgio Trettenero.
«A día de hoy el 98,5% de riesgos para los bancos en América Latina son riesgos informáticos y digitales. Hace 10 años los riesgos eran robos o asaltos a mano armada, eso cambió completamente», dijo Trettenero.
«Los robos o asaltos a oficinas bancarias ya han quedado solo para las películas», añadió el secretario de la Felaban durante un congreso de seguridad bancaria que se realiza esta semana en Panamá.
La cifra dada por Trettenero corresponde al estudio anual que realiza el Comité Latinoamericano de Seguridad Bancaria en la región y que será presentado durante el congreso que concluye el viernes, señaló el experto.
Según el estudio, los principales daños patrimoniales contra los bancos se producen por clonación de tarjetas, compras por internet y por phishing, que es el envío de un correo electrónico de una página falsa de internet donde se solicita a la víctima información bancaria como la clave de la tarjeta de crédito.
Este cambio en las formas del delito está relacionado con los nuevos hábitos de consumo, ya que cada vez más personas utilizan internet para comprar o efectuar sus operaciones bancarias, sin tener que acudir físicamente a las tiendas o los bancos.
Sin embargo, Trettenero dijo que la banca que opera en América Latina «está preparada» para enfrentar los nuevos riesgos, entre otras cosas por el avance en la instalación de chips en las tarjetas de crédito.
«La tarjeta antes era un plástico, luego una banda magnética que falsificaban también. Pero el chip va con información que no puede ser copiada ni grabada. Si roban la tarjeta eso no lo pueden falsificar y con esto minimizamos mucho los riesgos», aseguró Trettenero.
Para evitar el fraude en las compras por internet, los bancos utilizan los llamados «token», una llave de acceso bancario con una serie de algoritmos y códigos sobre sus clientes que varían cada minuto, por lo que las posibilidades de estafa dursnte una transacción electrónica «son prácticamente cero», señaló el especialista.