WASHINGTON, 3 noviembre 2014. Los republicanos se preparaban este lunes, confiados en los últimos sondeos, para retomar el Senado en las elecciones legislativas del martes en Estados Unidos, lo que daría a los opositores del presidente Barack Obama el dominio de ambas cámaras del Congreso.
Como sus antecesores George W. Bush en 2006, Bill Clinton en 1994 y Ronald Reagan en 1986, Obama perdería la mayoría en la cámara alta del Legislativo, donde 36 de 100 escaños serán renovados por un periodo de seis años.
Algunos estados, como Alaska o Carolina del Norte, seguían muy reñidos, pero los republicanos se sienten cada vez más confiados de una victoria en la lucha por el poder en Washington.
«El viento está en nuestras espaldas», dijo el senador Rand Paul, quien es visto como un posible candidato republicano para las presidenciales de 2016, a la cadena CNN el domingo.
«Creo que la gente está lista para un nuevo liderazgo», agregó.
Los expertos políticos actualizaban este lunes sus predicciones tras las últimas encuestas aparecidas el fin de semana, en el puñado de escaños que decidirán la nueva mayoría en la cámara alta.
Para el diario New York Times la probabilidad para los republicanos de alcanzarla subió a 70%, el sitio web Fivethirtyeight.com da 74%, y Hufftington Post, 75%.
Ventaja republicana
La candidata republicana para el Senado por Iowa (norte) Joni Ernst amaneció a la cabeza con 7 puntos de ventaja (según Des Moines Register) y el senador republicano por Kentucky (sur), Mitch McConnel, con 8 puntos (encuesta PPP).
Las campañas para el Senado en Montana, Dakota del Sur y Virginia del Oeste ya están casi en el bolsillo de los republicanos, según los últimos sondeos.
Las votaciones anticipadas, entregadas desde hace semanas por correo o en persona en varios estados, alimentaban igualmente el optimismo republicano. Más de 17 millones de estadounidenses ya votaron, según el Project Elections del profesor Michael McDonald.
En Colorado, 41% de quienes votaron son electores registrados como republicanos, contra 32% de demócratas, según el New York Times.
Sin embargo, el humo de la contienda podría no disiparse el martes, debido a que Georgia (sureste) y Lousiana (sur), dos carreras reñidas, contemplan el balotaje.
En el Senado, los demócratas tienen 10 escaños de ventaja, 55 a 45, pero perderían el poder si los republicanos les arrebatan seis bancas.
Los republicanos ya controlan la Cámara de Representantes, donde todos los 435 escaños están en disputa, y van camino a incrementar su dominio con nuevos escaños.
Biden, optimista
En las campañas reñidas, ambos partidos hacían uso hasta último minuto de ejércitos de voluntarios para empujar a los votantes a las urnas lo más temprano posible el martes.
En Estados Unidos, el partido de un presidente en ejercicio históricamente pierde las elecciones legislativas de mitad del mandato, y en esta oportunidad, tras meses de propaganda y un gasto de 4.000 millones de dólares, no se espera algo distinto.
Ante las tendencias negativas, el vicepresidente demócrata Joe Biden, se mostró aun optimista.
«No estoy de acuerdo con los pronosticadores. Creo que vamos a mantener el Senado».
Pero en caso de que los republicanos puedan controlar la agenda legislativa durante los últimos dos años de gobierno de Obama, Biden agregó, «estamos listos para negociar».
¿Quiénes y cuántos son los latinos que votan en Estados Unidos?
Unos 7.8 millones de electores considerados «latinos» o «hispanos» se estima que voten en las elecciones legislativas del martes en Estados Unidos, menos de un tercio de un contingente de difícil caracterización.
De acuerdo con el Departamento de Censos, una persona es identificada como «latina» o «hispana» a partir de su propia clasificación dentro de uno de los varios grupos en que los datos demográficos son elaborados.
Además de los grupos principales (Mexicano, Mexicano Americano, Chicano, Puertorriqueño, etc) las personas se pueden identificar como miembros de «otro origen Hispánico, Latino».
En este sentido, apunta el Departamento de Censos, «el origen puede ser visto como el legado, el grupo nacional, el linaje o el país de nacimiento de una persona o de los ancestros de una persona antes de su llegada a los Estados Unidos».
Como el propio Departamento de Censos lo recuerda en cada documento, «las personas que identifican sus orígenes como hispanos, latinos o españoles pueden ser de cualquier raza». «Español», en este caso, no se refiere específicamente a los originarios de España sino en general a las personas de habla española.
En el Censo de 2010, la definición adoptada era levemente más simple: «‘Hispano o latino’ se refiere a una persona con cultura u origen mexicano, cubano, puertorriqueño, de América Central o del Sur y otra ligada al habla hispana, sin distinción de raza».
Con límites tan flexibles, en gran medida la pertenencia a la comunidad «latina» depende menos del lenguaje hablado por la persona o el lugar de nacimiento que de la forma en que cada persona se considera a sí misma.
De esa forma, por ejemplo, un estudio publicado por el Departamento en 2013 sobre datos de 2012 indica que el número de «hispánicos» ascendía a 52,3 millones de personas. Diversos estudios sugieren que en la actualidad se aproxima a los 54 millones.
En este universo demográfico, los mexicanos son la absoluta mayoría, ya que representan algo más de 60%, seguidos por los puertorriqueños (9%), salvadoreños (4%) y cubanos (3,7%).
Esa proporción se repite entre los electores latinos, según un informe del instituto Pew.
Solo 17% de los electores latinos tienen un título de bachiller, la menor proporción entre blancos, negros y asiáticos. También la proporción de jóvenes es mayor que en los otros grupos, según Pew.
California es el estado con la mayor población hispana declarada, con unos 14,8 millones de personas. Sin embargo, en el estado de Nuevo México esa comunidad es más expresiva en términos relativos, ya que representa el 47,3% de la población local.
En las elecciones de este martes unos 25.2 millones de hispanos o latinos están llamados a votar, un número sin precedentes para esta comunidad.