Estados Unidos alcanzó este viernes la cifra de 1.894.753 casos confirmados de COVID-19 y la de 109.042 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del sábado) es de 22.492 contagios más que el jueves y de 922 nuevas muertes.
Al menos 491.706 personas han superado la enfermedad a fecha de este viernes.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos con 376.208 casos confirmados y 30.236 fallecidos, una cifra solo por debajo del Reino Unido, Brasil e Italia.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 21.782 personas.
A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 163.336 casos confirmados y 12.049 fallecidos, Massachusetts con 102.557 contagios y 7.235 decesos y Pensilvania, que ha reportado 78.815 positivos por coronavirus y 5.898 muertos.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Illinois con 5.795, Michigan con 5.595, California con 4.511 o Connecticut, con 4.038.
El balance provisional de fallecidos -109.042- ha superado ya la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente, Donald Trump, rebajó en un inicio esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y los 60.000 fallecidos, aunque en sus últimos cálculos auguró ya hasta 110.000 muertos.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para inicios de agosto habrá dejado más de 135.000 muertes en Estados Unidos.