Estados Unidos se está «preparando» ante un posible repunte en la llegada de migrantes, tras anunciar este viernes que levantará en mayo próximo el polémico Título 42, una norma por la que ha estado expulsando de forma exprés a los indocumentados que llegaban a su frontera, bajo el pretexto de la pandemia.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) publicaron un aviso donde informan de que el próximo 23 de mayo dejará de aplicarse el Título 42, al no considerarlo necesario por más tiempo.
Los CDC explicaron que, dada la evolución de la pandemia y la cobertura de vacunación en el país, los migrantes ya no suponen un riesgo sanitario, por lo que se levantará el Título 42.
Esta normativa, con la que han sido expulsados cerca de 1,7 millones de personas durante los últimos dos años, fue instaurada por la Administración de Donald Trump (2017-2021) y mantenida hasta ahora por su sucesor, Joe Biden.
Ante su rescisión, una alta funcionaria del Gobierno de EE.UU. afirmó en una llamada con periodistas que toda la Administración se está coordinando para «estar preparados ante cualquier aumento potencial de llegadas en la frontera que resulten de la terminación del Título 42».
Dicha fuente subrayó que, a partir del 23 de mayo, los adultos indocumentados que entren a Estados Unidos de manera irregular serán «expulsados» mediante el Título 8, la normativa migratoria vigente antes de la pandemia.
«Aquellos que crucen la frontera sin autorización legal, serán puestos en procesos de deportación y, si no pueden acreditar su estancia legal en Estados Unidos, serán devueltos», advirtió.
La principal diferencia entre normativas consiste en que el Título 8 obliga a las autoridades a trasladar a los indocumentados a centros de detención durante varias horas donde pueden pedir asilo, mientras que el Título 42 permite resolver la deportación en 15 minutos y sin espacio para el asilo.
El Título 42, que está incluido en la Ley de Salud Pública de 1944 y que permite la expulsión expedita de EE.UU. de cualquier persona que pueda presentar un riesgo para la salud del país, ha sido objeto de críticas de organizaciones de derechos humanos y de sectores del Partido Demócrata.
Semanas atrás, el líder demócrata en el Senado, Chuck Schumer, calificó la aplicación de esa normativa de «terrible e inhumana» y dijo sentirse «profundamente decepcionado» por el hecho de que Biden la siguiera utilizando.
En cambio, el Partido Republicano consideró este viernes que el levantamiento del Título 42 es «una decisión desastrosa que abrirá las compuertas» de la migración en Estados Unidos.
Otra fuente del Gobierno que también habló con los periodistas en condición de anonimato afirmó que, de ser necesario, el Departamento de Seguridad Nacional enviará a «más agentes» a la frontera para tramitar la llegada de indocumentados, así como combatir las redes de tráfico de personas.
Además, recordó que Washington trabaja con sus socios latinoamericanos para firmar una declaración conjunta en materia migratoria durante la Cumbre de las Américas que reunirá a los líderes de la región en junio en Los Ángeles.
Sigue «Permanecer en México»
Al llegar al poder a principios de 2021, Biden levantó el polémico programa «Permanecer en México», también instaurado por Trump, que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar durante meses en territorio mexicano.
Tras esta decisión, el flujo migratorio en la frontera experimentó cifras que no se veían en décadas, con 1,7 millones de indocumentados detenidos durante el año fiscal 2021, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP en inglés).
No obstante, un juez federal invalidó el intento de Biden de terminar con el programa y le ordenó reanudarlo, algo que la Casa Blanca hizo en diciembre tras alcanzar un acuerdo con el Gobierno mexicano.
Con la vigencia hasta ahora tanto de «Permanecer en México» como del Título 42, la política fronteriza de la Administración de Biden ha mantenido prácticamente intactas las medidas adoptadas por la de Trump.
Biden nunca ha prometido una política de puertas abiertas en Estados Unidos, pero sí una reforma migratoria que permita regularizar a los 11 millones de indocumentados que ya están dentro del país, además de otorgar una residencia legal inmediata para los migrantes sin papeles que llegaron de niños, conocidos como «soñadores».
El presidente, sin embargo, lo tiene complicado para lograr que el Congreso apruebe esta su propuesta, dado que los demócratas cuentan con mayorías muy estrechas en ambas cámaras.