Estados Unidos alcanzó este sábado la cifra de 3.676.942 casos confirmados de COVID-19 y la de 139.748 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 16.00 hora local (20.00 GMT) acerca al país a la cifra de 140.000 muertos por coronavirus, en una semana en la que el número de nuevos contagios alcanzó este miércoles un nuevo récord diario, con 74.513 casos.
Pese a que Florida, Texas y California son ahora los estados con más contagios, Nueva York se mantiene todavía como el estado más golpeado en Estados Unidos por la pandemia, con 406.305 casos confirmados y 32.474 fallecidos.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.388 personas.
A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 15.699 muertos, Massachusetts con 8.402 y California con 7.613.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Illinois con 7.465, Pensilvania con 7.015, Michigan con 6.355, Florida con 4.895 o Connecticut, con 4.396.
En cuanto a contagios, California es el segundo estado -solo por detrás de Nueva York- con 374.522 casos, Florida el tercero, con 337.569, y Texas el cuarto, con 317.768.
El balance provisional de fallecidos -139.748- ha superado ya con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y los 60.000 fallecidos, aunque en sus últimos cálculos auguró ya hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que Estados Unidos llegará al mes de octubre con unos 200.000 muertos, y que para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre podría rozar los 225.000.