Unos 300 militares y civiles estadounidenses entrenan a hondureños en operaciones de respuesta rápida contra el crimen organizado, que tiene al país centroamericano como el más violento del mundo, informaron este miércoles autoridades de ambos países.
El ministro hondureño de Defensa, Samuel Reyes, explicó en rueda de prensa que se inició «un ejercicio de respuesta rápida», que involucra a unos 300 miembros de equipos especializados de varias agencias de Estados Unidos, incluyendo el Buró Federal de Investigaciones (FBI), con unidades hondureñas.
Añadió que en el ejercicio, que se extenderá del 8 al 21 de mayo, participan por Honduras unas 500 personas de la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), creada por el presidente Juan Orlando Hernández en enero del 2014, con militares, policías, fiscales y jueces.
La primera secretaria de la embajada de Estados Unidos en Honduras, Julie de Torres, resaltó que las operaciones forman parte de una serie de ejercicios en los cuales participarán 250 infantes de marina que llegarán a Honduras en los próximos meses.
Las fuerzas de Estados Unidos y Honduras instalaron un centro de operaciones en el Cuartel General del Ejército, a 5 km al suroeste de Tegucigalpa, donde hacen simulacros de operativos contra narcotraficantes en alguno de los 18 departamentos de Honduras, donde se desplaza una fuerza binacional en aviones y helicópteros.
«Los hondureños podrían notar un aumento en el número de aviones y helicópteros estadounidenses a medida que éstos participan en el ejercicio», anotó un comunicado del gobierno.
Los ejercicios forman parte del compromiso que asumió en julio del 2014 el presidente Barack Obama con los países del Triángulo Norte de Centroamérica, que incluye también a Guatemala y El Salvador, de atacar el crimen y otras causas de la inmigración hacia Estados Unidos.
Los tres países han sido superados en su capacidad para enfrentar el crimen organizado, especialmente de los narcotraficantes que trafican droga desde Sudamérica hacia Estados Unidos.
Los tres países conforman la región sin conflicto armado más violenta del mundo, según la ONU.