Las detenciones de migrantes indocumentados en la frontera sur de Estados Unidos cayeron 28% en los últimos seis meses respecto al mismo periodo del año pasado, cuando una crisis migratoria estaba en ciernes, informó este viernes el gobierno.
En rueda de prensa, el secretario de Seguridad Interior, Jeh Johnson, indicó que entre octubre de 2014 y marzo de 2015, las autoridades estadounidense capturaron a 151.805 personas -incluyendo niños y adultos solos y familias- que cruzaron ilegalmente la frontera con México.
Johnson añadió que las previsiones para abril son muy similares.
En el mismo ritmo decreciente, las detenciones de niños que atraviesan la frontera sin acompañantes totalizaron 15.627 entre octubre y marzo, afirmó Johnson.
Esa cifra representa una reducción de 45% respecto al mismo periodo del año pasado, cuando una ola sin precedentes de menores, provenientes de Honduras,El Salvador y Guatemala principalmente, provocó una crisis migratoria en Estados Unidos.
Pero «no estamos cantando victoria», señaló, subrayando que su departamento solicitó más fondos para nuevas tecnologías de vigilancia fronteriza.
Según Johnson, la caída en las detenciones es resultado de los recursos invertidos en la seguridad fronteriza el año pasado en medio de la crisis por los menores, así como por la campaña de educación para desincentivar los cruces clandestinos y medidas contra traficantes.
«Nuestro mensaje resuena particularmente en Centroamérica», afirmó.
Sin embargo, agregó que los esfuerzos de las autoridades mexicanas en fortalecer su frontera sur, y las campañas de los gobiernos centroamericanos para prevenir la emigración de sus ciudadanos también han contribuido a mantener a raya el flujo migratorio.
Y eso «a pesar de la mejora de la economía estadounidense, que opera como un factor que atrae» a los migrantes, dijo Johnson.
Entre octubre de 2014 y octubre de 2015, más de 68.000 niños no acompañados fueron aprehendidos al llegar ilegalmente a Estados Unidos.
Muchos de ellos luego fueron colocados en centros de detención, generalmente criticados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y organizaciones civiles.