Una fosa común fue descubierta el martes en Sudán del Sur, donde en los últimos días se han intensificado los combates entre fuerzas gubernamentales y rebeldes del ex-vicepresidente Riek Machar, que han dejado cientos de muertos.
La Alta Comisaria de la ONU encargada de los Derechos Humanos, Navi Pillay, anunció el martes que una fosa común fue descubierta en Bentiu, capital del Estado petrolero de Unidad, en el norte del país.
«Descubrimos una fosa común en Bentiu, y habría otras dos en Juba», la capital, precisó Pillay en un comunicado publicado en Ginebra.
La funcionaria de Naciones Unidas denunció también «ejecuciones en masa, por fuera de todo juicio», ataques contra individuos «basados en su pertenencia étnica» y «detenciones arbitrarias» registradas en los últimos diez días en Sudán del Sur.
Pillay expresó su gran inquietud por la suerte de muchas personas que fueron y son detenidas en lugares desconocidos, entre los cuales figuran varios cientos de civiles, detenidos durante allanamientos de casas y hoteles en Juba.
Al menos 45.000 civiles sursudaneses se han refugiado en las desbordadas bases de la ONU en el país, entre ellos, 20.000 en la capital en Juba, indicó el marte la ONU.
Naciones Unidas advirtió a las diferentes facciones armadas enfrentadas en Sudán del Sur que las acusaciones de crímenes contra la humanidad serán investigadas.
«El mundo observa a todas las partes (enfrentadas) en Sudán del Sur», declaró el lunes por la noche el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la crisis sursudanesa, cuando empiezan a conocerse testimonios de asesinatos por motivos étnicos.
La ONU «investigará las acusaciones de graves violaciones de los derechos humanos y de crímenes contra la humanidad», añadió, afirmando que «los responsables de alto nivel deberán responder personalmente y afrontar las consecuencias, incluso si aducen no haber estado al corriente de los ataques».
Los combates estallaron hace diez días, luego de que el presidente Salva Kiir acusó a su ex vicepresidente Riek Machar, al que destituyó en julio, de intento de golpe de Estado.
Los hombres de Machar – que desmiente categóricamente estas acusaciones y que afirmó este martes que está listo a negociar con su rival – tomaron dos capitales regionales estratégicas: la ciudad de Bor, en el estado inestable de Jonglei, y Bentiu, en Unidad.
Para hacer frente a la crisis, Ban recomendó al Consejo de Seguridad sumar 5.500 cascos azules más a los cerca de 7.000 ya presentes en el país.
La violencia que golpea desde hace una semana el país ha provocado oficialmente unos 500 muertos, si bien los trabajadores humanitarios consideran esta cifra inferior a la real. El conflicto alcanzó ya a la mitad de los diez estados del joven país, independiente desde 2011.
La comunidad internacional, con Naciones Unidas y Estados Unidos a la cabeza, llevan a cabo misiones diplomáticas para intentar frenar la escalada de violencia.
Violencia étnica
Se empiezan a conocer testimonios sobre la violencia étnica cometida por las fuerzas gubernamentales y los rebeldes en todo el país. El conflicto tomó una dimensión étnica, al enfrentar a los Nuer, tribu de Machar, con los dinka, etnia de Kiir.
Dos Nuer, refugiados en una base de la ONU, indicaron que fueron arrestados junto a otros 250 hombres por soldados sursudaneses, que abrieron fuego contra ellos en un puesto de policía de Juba. Según ellos, simplemente por pertenecer a la misma etnia que Riek Machar.
«Para sobrevivir, tuvimos que cubrirnos con los cadáveres de otros (…) No tengo muchas ganas de hablar de ello», dijo uno de ellos a la AFP.
El gobierno niega estar detrás de cualquier violencia de tipo étnico.
Otros testimonios apuntan a la puesta en marcha de un esquema de violencia de carácter étnico, como asesinatos y violaciones, desde que comenzaron los enfrentamientos el 15 de diciembre.
En otras regiones del país, otras informaciones indican ataques de los rebeldes contra los partidarios del presidente Kiir.
En el estado de Jonglei un ataque contra una base de la ONU por jóvenes nuer se saldó con la muerte de dos cascos azules indios. Naciones Unidas teme además que los civiles dinka, refugiados en el campo, hayan sido masacrados.
En Bor, a 200 km al norte de Juba, la situación es particularmente delicada. El ejército prepara el lanzamiento de una ofensiva para retomar la ciudad en manos rebeldes.