Las pirámides de Egipto siguen deparando sorpresas. La última, una cámara oculta y hasta ahora desconocida en la gran pirámide de Guiza, que sirvió de tumba al faraón Keops, y que ha podido ser descubierta gracias a la aplicación de técnicas que rayan en la ciencia ficción.
El hallazgo, llevado adelante por una colaboración internacional llamada Scan Pyramids y publicado por la revista «Nature», se realizó utilizando imágenes basadas en los rayos cósmicos que bombardean continuamente cada centímetro de la superficie terrestre.
La gran pirámide, una de las estructuras más impresionantes del mundo antiguo, fue levantada durante el reinado del faraón Keops, que duró desde el año 2509 hasta el 2483 antes de Cristo.
Fue construida a partir de bloques de piedra caliza y granito. Tiene una altura de 139 metros y es la más antigua y más grande de las pirámides de Egipto.
Pero la forma en que se construyó no ha sido aún aclarada por completo, extremo que ha dado origen a todo tipo de especulaciones y misterios.
Ahora, para averiguar algo más sobre su compleja estructura interna, un equipo de investigadores liderado por Mehdi Tayoubi y Kunihiro Morishima han obtenido imágenes de la pirámide basándose en muones, partículas que son un subproducto de los rayos cósmicos y que son capaces de atravesar la roca con facilidad.
Alrededor de 10.000 muones caen sobre cada metro cuadrado de la superficie de la Tierra por minuto. Los muones siguen trayectorias diferentes cuando se mueven por el aire o a través de la roca sólida, lo que permitió a los científicos distinguir fácilmente las cavidades dentro de la pirámide.