Decenas de migrantes, entre ellos niños de corta edad, murieron ahogados este miércoles tras caer de una embarcación sobrecargada cerca de las costas de Libia, donde la tensión aumenta entre oenegés y los guardacostas locales.
Sus pares italianos, que coordinan las operaciones de rescate en esta zona, mencionaron que hubo 34 cadáveres, incluyendo una decena de niños.
La mayor parte fueron recuperados por el «Phoenix», fletado por la oenegé maltesa Moas, cuyo fundador, Chris Catrambone, que se encontraba a bordo, publicó en Twitter fotografías de decenas de migrantes que pedían auxilio desde el agua y bolsas para cadáveres blancas apiladas en cubierta.
Los migrantes eran parte de las entre 500 y 700 personas hacinadas en un barco de madera que navegaba a unas 20 millas náuticas de la costa de Zuara, 100 kilómetros al oeste de Trípoli.
Cuando los equipos del «Phoenix» comenzaron a intervenir y repartir chalecos salvavidas, una parte de los que iban en cubierta cayó al agua, tal vez por efecto de una ola.
«No es una escena de película de terror, es una tragedia real que ocurre hoy a las puertas de Europa», tuiteó Catrambone.
Con la ayuda de una patrullera de los guardacostas italianos y varios barcos comerciales, los socorristas trataban de salvar al máximo de personas posible, mientras que un helicóptero y un avión militares lanzaron botes salvavidas.
Los socorristas también tuvieron que forzar los cerrojos que inmovilizaban a centenares de migrantes hacinados en la bodega de la embarcación.
En Italia, migrantes llegados el lunes tras ser rescatados frente a Libia contaron que el viernes encontraron un bote neumático desinflado con cuatro sobrevivientes a bordo, mencionando que hubo más de 150 desaparecidos.
– Disparos de los guardacostas –
Estos dramas se añaden a los que han provocado al menos 1.254 muertos o desaparecidos en el Mediterráneo central, según un balance de la Organización Internacional para las migraciones (OIM), en tanto más de 50.000 migrantes han desembarcado en Italia en este año.
Este miércoles había unas 15 operaciones de socorro en marcha cerca de Libia, afirmaron los guardacostas sin poder precisar por el momento el número de migrantes afectados. El martes coordinaron el rescate de unos 1.500 migrantes, mientras que sus homólogos libios interceptaron más de 350 que fueron llevados de regreso al país norteafricano.
Pero, las oenegés alemana Jugend Rettet y SOS Méditerranée denunciaron vivamente la intervención de los guardacostas libios, a los que la Unión Europea está formando y equipando para intentar limitar el flujo de migrantes.
Según las oenegés, lanchas rápidas de los guardacostas libios hicieron volver a la fuerza a dos embarcaciones, disparando al aire y alejando a los migrantes en momentos en que sus equipos les brindaban ayuda en aguas internacionales.
Hace dos semanas, la ONG alemana Sea-Watch denunció una operación similar de los libios para recuperar una gran embarcación de madera con 450 migrantes a bordo.
Para los defensores de derechos humanos, ACNUR, e inclusive el gobierno alemán, los migrantes no deben ser devueltos a Libia, donde sufren extorsiones, violencia, violaciones, torturas y asesinatos.
La marina libia, que afirma operar en su zona económica exclusiva (200 millas marinas desde la costa), no hizo comentarios sobre las acusaciones de Jugend Rettet, pero rechazó las de Sea-Watch, denunciando una «operación de caza de migrantes» realizada por las oenegés, lanzadas a un verdadero «negocio».