El Salvador
sábado 23 de noviembre de 2024

Dan a conocer dramáticos mensajes enviados desde el barco hundido en Corea

por Redacción


Los socorristas redoblaban sus esfuerzos el jueves para intentar rescatar con vida a alguna de las casi 300 personas desaparecidas en el naufragio de un ferry cerca de la costa meridional de Corea del Sur, pero la esperanza se esfuma con el paso de las horas.

«Papá, no te preocupes. Tengo un chaleco salvavidas y estamos resguardados todos juntos», escribió un estudiante de 18 años. Su padre le respondió: «Aunque el rescate está en marcha, sal por tu cuenta si puedes». La dramática conversación se dio en mensajes de texto entre un joven atrapado en el ferry surcoreano que se hundió y su padre. Fue la última comunicación. El joven finalmente no pudo abandonar el buque, informó la cadena surcoreana MBC, y está en la lista de los 282 desaparecidos.

Otro estudiante, temeroso de que ocurriera lo peor, escribió a su madre: «Quizá no te lo pueda volver a decir nunca más: te quiero».  En este caso, publicó el diario Kyunghyang, el protagonista tendrá más oportunidades de expresar sus sentimientos a su mamá, ya que se encuentra entre los 179 rescatados.

La mayoría de los pasajeros del Sewol, 325, eran estudiantes de bachillerato de un mismo instituto que realizaban un viaje escolar a la meridional isla de Jeju.

Además de las declaraciones emotivas y mensajes de tranquilidad, hay textos que relatan los momentos de más angustia durante las aproximadamente dos horas que duró el hundimiento. «Parece que vamos a morir. El barco se está inclinando», comentó otro joven cuya suerte se desconoce en un mensaje de grupo a varios amigos cercanos mientras el Sewol volcaba poco a poco hasta los 180 grados dejando en la superficie solo un pequeño fragmento del casco.

Los parientes surcoreanos de los pasajeros a bordo un barco volcado se juntan para recibir noticias en un gimnasio en Jindo. FOTO D1: AFP

Los parientes surcoreanos de los pasajeros a bordo un barco volcado se juntan para recibir noticias en un gimnasio en Jindo. FOTO D1: AFP

La tensión es constante en el polideportivo de Jindo, donde los familiares permanecen alojados y donde se han producido varios intentos de agresión de padres y madres desesperados a autoridades políticas y medios de comunicación. Los familiares acusan al Gobierno de haber gestionado tarde y mal las operaciones de rescate, mientras que atribuyen tanto a políticos como a medios de propagar desinformación.

La búsqueda de sobrevivientes

Los socorristas redoblaban sus esfuerzos el jueves para intentar rescatar con vida a alguna de las casi 300 personas desaparecidas en el naufragio de un ferry cerca de la costa meridional de Corea del Sur, pero la esperanza se esfumaba con el paso de las horas.

Nueve cuerpos fueron recuperados. De las 475 personas presentes a bordo (la última cifra facilitada por las autoridades), entre ellos 325 estudiantes de secundaria, 179 fueron rescatadas con vida, indicaron el jueves los guardacostas.

El barco, de varios pisos, mandó una llamada de socorro a las 09H00 (00H00 GMT) del miércoles cuando se dirigía a la isla de Jeju (sur) con cientos de estudiantes de una escuela de secundaria a bordo, que iban de vacaciones.

Los socorristas trabajaron toda la noche con ayuda de potentes focos, pero la violencia de las corrientes y una visibilidad reducida bajo el agua impidieron que los buceadores penetraran en el barco sumergido.

«No pudieron entrar en los camarotes», indicó un portavoz de los guardacostas. Tres grúas gigantes fueron desplegadas para intentar enderezar el ferry.

«¡Llega el agua! ¡Llega el agua!»

El «Sewol», un barco de 6,825 toneladas, se hundió a unos 20 km de la costa sur del país, en una zona marítima sembrada de islas. Sólo su quilla emergía fuera del agua.

Las causas del accidente siguen sin conocerse pero testimonios de pasajeros dan a entender que el ferry tocó el fondo del mar.

Los miembros de guardacostas buscan a pasajeros cerca de un barco surcoreano. FOTO D1: AFP

Los miembros de guardacostas buscan a pasajeros cerca de un barco surcoreano. FOTO D1: AFP

Los sobrevivientes indicaron asimismo que la tripulación les dio la orden de no moverse de sus asientos después del choque.

«Esperamos entre 30 y 40 minutos», contó un estudiante. «Después [el ferry] se inclinó y todo el mundo se puso a gritar y a intentar salir de allí desesperadamente».

Imágenes tomadas a bordo con el teléfono por un superviviente muestran a una mujer que gritaba «¡Llega el agua! ¡llega el agua!».

El capitán, que figura entre los supervivientes, estaba siendo interrogado por los guardacostas.

Los estudiantes, de un colegio al sur de Seúl, realizaban un viaje escolar a la isla de Jeju, una de las mayores atracciones turísticas de Corea del Sur, llamada «el Hawai surcoreano».

En la isla de Jindo, cercana al lugar del naufragio, los familiares de los pasajeros fueron acogidos en un gimnasio donde se oían gritos de desesperación y cólera.

«Mi hija está allí, en alguna parte, en el mar frío. Por favor, ayúdenla», suplicaba Park Yu-Shin.

La magnitud del drama ha causado estupefacción en Corea del Sur, un país rico y moderno que pensaba que este tipo de catástrofes eran cosa del pasado. El accidente es más cruel si cabe porque muchas víctimas son adolescentes.

Gritos y silbidos 

El primer ministro Chung Hong-Won visitó el gimnasio y fue recibido con gritos y silbidos de los parientes de los desaparecidos.

La presidenta Park Geun-Hye por su parte tomó un barco hacia el lugar de las operaciones de rescate y pidió al equipo de buceadores que sigan trabajando.

«El tiempo se nos acaba. Por favor, dense prisa», dijo. «Si hay supervivientes, cada minuto y cada segunda es crítico», añadió la presidenta.

Un barco con familiares de los pasajeros zarpó también de Jindo la mañana del jueves rumbo al lugar del drama.

Los socorristas piensan que los pasajeros se vieron atrapados, incapaces de escalar el barco que se hundía.

Un responsable de las operaciones de búsqueda, Cho Yang-Bok, estima sin embargo que «hay pocas posibilidades» de que alguien haya sobrevivido en una bolsa de aire más de 24 horas después del naufragio.

En unas imágenes grabadas desde el mar en el momento del naufragio, unos pasajeros aterrados, con chalecos salvavidas, se suben a las barcas de salvamentos mientras el agua recubre poco a poco el puente y el ferry se desliza suavemente hacia el fondo.

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Otros se arrojan al agua y son recuperados por socorristas o pescadores que fueron los primeros en llegar al lugar.

La temperatura del agua era de 12ºC.

El ferry cubría el trayecto entre el puerto de Incheon (oeste) y la isla de Jeju.

Cientos de transbordadores se desplazan a diario entre las costas surcoreanas y las islas. Los accidentes son muy escasos, pero 300 personas perecieron en octubre de 1993 cuando un ferry zozobró a la altura de la costa occidental.