El director de la Agencia de Manejo de Emergencias de Tobago (TEMA, por su sigla en inglés), Allan Stewart, aseguró este jueves que el derrame de petróleo ocurrido recientemente en la costa occidental de la isla empieza a estar controlado.
«Estamos en un nivel de estabilización donde podemos decir que tenemos control sobre este incidente», declaró Stewart, quien destacó en un comunicado los «avances» logrados.
El responsable de TEMA agradeció a varias compañías que han colocado barreras adicionales para contener el vertido y señaló que el plan nacional de contingencia ha sido «muy útil» en la movilización y respuesta operativa al incidente.
Las autoridades cercaron la zona seriamente afectada por el derrame, que fue causado por un barco abandonado hace más de una semana aunque no se dio a conocer hasta el pasado domingo.
Según el Ministerio de Seguridad Nacional de Trinidad y Tobago, están implicadas en el desastre al menos dos embarcaciones, un remolcador y una barcaza, procedentes de Panamá y con destino a Guyana.
Aunque el crudo ha cubierto de negro parte de la costa occidental, las playas más populares de Tobago no se han visto afectadas, según dijo el secretario jefe de la Cámara de la Asamblea de Tobago, Farley Augustine.
«Es un radio de 15 kilómetros y la gran mayoría de nuestras playas y sistemas de arrecifes permanecen en perfectas condiciones. No están amenazados y aún puedes bucear y darte un baño de mar», afirmó.
Augustine dijo que parte del hidrocarburo de las áreas afectadas había navegado más de 88 kilómetros fuera de las aguas de Tobago.
Un equipo de expertos de respuesta a derrames de petróleo llegó a la isla el lunes pasado para realizar un control de calidad y analizar el impacto en las especies.
«Están rescatando especies que podrían estar en riesgo, que podrían haber entrado en contacto con los hidrocarburos, y están haciendo la limpieza necesaria de aquellos animales», agregó.
Varias zonas de Lambeau y Canoe Bay han sido acordonadas para la seguridad del público y en ellas se ha recomendado a los pescadores no faenar.
El primer ministro, Keith Rowley, calificó a principios de esta semana de «emergencia nacional» el vertido de petróleo.