El área afectada por las coladas del volcán de la isla española de La Palma ha aumentado un 50% en las tres jornadas que lleva en erupción y los expertos calculan que la situación se prolongará una media de 55 días, lo que hace prever que podría seguir expulsando lava al menos hasta noviembre.
A medida que pasan los días la situación en las zonas aledañas al volcán se hace más difícil, sobre todo para las 5.700 personas evacuadas hasta el momento que han tenido que abandonar a toda prisa los 185 inmuebles dañados o destruidos por las coladas, 65 de los cuales eran viviendas.
La lava continúa abriéndose paso hacia el mar y deja ya detrás 153 hectáreas de terreno sepultadas por las piedras, el fuego y las cenizas, según cálculos del Instituto Volcanológico de Canarias a partir de las imágenes de satélite del programa Copernicus.
El último mapa facilitado por este programa europeo de seguimiento de emergencias muestra la situación a las 8.14 horas de ayer martes, 21 de septiembre, y permite comprobar que si se compara con el anterior, de las 19.50 horas del día 20, el área afectada se ha incrementado de 103 a 153 hectáreas, alrededor de un 50 por ciento.
Otro de los grandes problemas que conlleva la erupción es la gran cantidad de ceniza y de humo que hace que cada día se estén emitiendo a la atmósfera entre 6.140 y 11.500 toneladas de dióxido de azufre (SO2), según las mediciones realizadas por el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).
El dióxido de azufre es un gas irritante y tóxico cuya concentración durante cortos periodos de tiempo resulta muy perjudicial para los ecosistemas y para la salud, ya que puede irritar el tracto respiratorio, causar bronquitis, reacciones asmáticas, espasmos reflejos, parada respiratoria y congestionar los conductos bronquiales de los asmáticos.
Mientras tanto, los científicos siguen tratando de averiguar el tiempo que tardará el volcán en dejar de estar en erupción, que, según el Involcan, podría oscilar entre 24 y 84 días, con una media de 55 días, o lo que es lo mismo, podría seguir expulsando lava al menos hasta noviembre o incluso llegar a diciembre.
El dato lo han obtenido analizando las erupciones históricas ocurridas en la isla de La Palma desde la última, que tuvo lugar en Teneguía en 1971 y duró 24 días, a la más larga, en Tehuya, en 1585, que se prolongó durante 84 días.
El comité científico que asesora al gabinete de crisis ha calculado en 200 metros por hora la velocidad con la que avanza la lava en su camino hacia el mar y además estima que la deformación del suelo en la zona próxima a la erupción asciende a los 28 centímetros.
Respecto al dispositivo que trabaja por turnos en las labores de ayuda, está formado por 743 efectivos de seguridad y emergencias de las distintas administraciones.
A ellos se suman decenas de científicos y expertos que a diario toman de muestras de ceniza, lava y gases y realizan inspecciones de campo y observaciones mediante drones para comprobar la evolución de la actividad del volcán y tratar de averiguar cuanto tiempo se prolongará esta catástrofe.