SAN JOSÉ, 6 abril 2014. Los costarricenses votan este domingo en una segunda ronda electoral sin precedentes en el país, con el opositor de centro Luis Guillermo Solís como probable ganador frente a un candidato oficialista que se retiró de la campaña por considerarse sin opción de triunfo.
Las urnas abrieron a las 06H00 locales (12H00 GMT) sin incidentes en todo el país, aunque con algún grado de ausencia de los fiscales de los partidos políticos, según observó el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), que los está reemplazando con auxiliares contratados al efecto.
En un ambiente electoral enfriado por la falta de competencia, 3,1 millones de electores están llamados a concurrir a las urnas para designar por un periodo de cuatro años al relevo de Laura Chinchilla, primera mujer presidenta en la historia de Costa Rica.
Solís, un historiador de 55 años que encarna la esperanza de cambio frente a la política tradicional, figura como claro favorito desde que hace un mes el oficialista Johnny Araya, exalcalde capitalino de 56 años, sorprendió abandonando la campaña electoral porque las encuestas le vaticinaban una aparatosa derrota este domingo.
Pero Araya, del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN, derecha), sigue siendo aspirante presidencial porque la ley prohíbe renunciar a una candidatura inscrita, por lo que su rostro aparece en las papeletas de votación junto al de Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC).
«Iniciamos un momento muy importante para la demogracia de Costa Rica, apelo al civismo de los costarricenses, su sentido histórico y patriótico», afirmó Solís en declaraciones a la prensa al hacer un llamado a votar «tempranito» al inicio de la jornada de este domingo.
Araya, por su parte, llamó en las últimas horas a través de las redes sociales a votar «pensando en lo mejor» para el país. Aunque distanciados de él, los dirigentes del PLN han pedido el voto para salvar la honra.
«Cualquier cosa puede pasar», dijo Araya, al referirse a esta insólita campaña, llena de sorpresas.
Contra todo pronóstico, Solís, que empezó la campaña como el candidato «del margen de error», ganó la primera vuelta el pasado 2 de febrero con 30,8% contra 29,6% de Araya, pero sin alcanzar el 40% que evitaba el balotaje.
«Todos creen que la suerte está echada y que Solís será confirmado como presidente. Pero hay incertidumbre sobre el número de votos», opinó el sociólogo Manuel Rojas.
Esta vez, el candidato del PAC se puso la vara muy alta. «Hemos pedido un millón de votos y creemos que los vamos a obtener para que después de la elección no quede duda ninguna que el pueblo de Costa Rica quería un cambio», dijo la víspera.
«Salgamos a cambiar Costa Rica»
Desconocido hasta hace pocos meses, Solís, profesor universitario y politólogo, conciliador y de trato cálido, ganó simpatías en una población que cree cada vez menos en los políticos y clama por cambios tras décadas de bipartidismo y dos gobiernos consecutivos del PLN.
Considerado el más impopular de los últimos 20 años, el gobierno de Chinchilla deja al país con un abultado déficit fiscal del 6%, una deuda interna del 60% del PIB y el nada honroso primer lugar en América Latina en crecimiento de la desigualdad en 2013.
«Salgamos a cambiar Costa Rica», invita Solís a los electores. De ganar, sería la primera vez en más de medio siglo que llega al poder en este país un partido no tradicional, fundado hace 13 años para romper el bipartidismo.
Solís se unió al PAC tras renunciar en 2005 al PLN -socialdemócrata que giró a la derecha-, señalándolo de corrupción y de impulsar un modelo neoliberal que en las últimas tres décadas deterioró logros sociales que destacaban a Costa Rica.
Hoy promete reactivar la economía con equidad social, mejorar la deteriorada infraestructura y luchar contra la corrupción, talón de Aquiles del gobierno de Chinchilla.
«Ojalá sea un cambio de verdad. Mi voto es por él con la esperanza de que acabe la robadera y gobierne para el pueblo», declaró a AFP José Ramírez, un empleado de restaurante de 26 años.
Pero según los analistas no la tendrá fácil. El 2 de febrero el PAC ganó sólo 13 de los 57 escaños del Congreso y el PLN tiene la mayor bancada, 18; el izquierdista Frente Amplio, 9; y los restantes 17 diputados son de varias agrupaciones conservadoras.
«Necesita un importante apoyo en las urnas, que le dé más fuerza a un mandato que luce débil con una bancada legislativa pequeña. Tendrá fuerte oposición de la fracción del PLN, pero ésta seguramente enfrentará fisuras y carencia de liderazgo», dijo Rojas a la AFP.
Aunque rechaza ser llamado «virtual presidente», Solís empezó a delinear su gabinete para asumir el próximo 8 de mayo, siempre que no haya nuevas sorpresas en el resultado que el TSE pretende dar dos horas después del cierre de urnas a las 00H00 GMT.