Costa Rica pidió este martes perdón a su héroe nacional, el expresidente Juan Rafael Mora, asesinado en 1860 tras haber encabezado una exitosa guerra contra el filibustero norteamericano William Walker, quien pretendía imponer la esclavitud en Centroamérica.
«Hay que recordar la muerte de Mora para rescatar, pidiéndole perdón, su obra extraordinaria y egregia», afirmó el presidente Luis Guillermo Solís en un acto oficial celebrado al pie de un discreto monumento erigido en honor al héroe en el centro de San José.
«El asesinato de Juan Rafael Mora retrata lo peor de los valores humanos», pero «más grande que su muerte fue su vida y su obra», expresó el mandatario tras señalar que su predecesor (1849-1859) es de una estatura continental por haber desafiado y derrotado en Centroamérica la doctrina del Destino Manifiesto, que pregonaba la inevitable expansión territorial de Estados Unidos en el continente americano.
El expresidente Mora fue derrocado en 1859 por una conspiración político-militar, expatriado y fusilado tras un juicio militar sumarísimo en setiembre de 1860, cuando regresó al país para encabezar una insurrección popular que fue derrotada por el gobierno.
Entre los líderes de la conspiración se hallaba su propio excuñado José María Montealegre, quien le reemplazó en el cargo tras el golpe de Estado.
Dos años antes, Mora había encabezado un ejército de campesinos que marchó a luchar en Nicaragua contra la presencia y los planes expansionistas de Walker, cuyo objetivo era hacer de Centroamérica una colonia esclavista, adscrita a Estados Unidos.
El Ejército costarricense se unió a los del resto de países centroamericanos (Guatemala, El Salvador, Honduras) y los rebeldes nicaragüenses, quienes, a un elevado costo de vidas, lograron derrotar y expulsar a los filibusteros de la región.
La alcaldesa de San José, Sandra García, anunció en el acto que el municipio capitalino construirá en breve un mausoleo con una llama perpetua, en la que reposarán los restos del expresidente, de su hermano y exjefe del Ejército, José Joaquín Mora, así como el general salvadoreño -héroe de aquella guerra- Jose María Cañas, quien fue fusilado un día después que Mora.