El comediante derechista Jimmy Morales y la exprimera dama socialdemócrata Sandra Torres cerraron este viernes una desteñida campaña presidencial, en la que 7.5 millones de guatemaltecos escogerán el domingo a su próximo presidente.
Cada uno a su estilo, los presidenciables guatemaltecos finalizaron casi dos meses de campaña luego de ganar el pasado 6 de septiembre el pase al balotaje. Ninguno de los dos candidatos logró despertar el entusiasmo de los electores, que ven a los políticos con recelo tras el escándalo de corrupción que provocó en setiembre pasado la caída del expresidente Otto Pérez.
«Los pobres son los que me llevarán a la presidencia», exclamó Torres en su discurso de cierre de actividades en un barrio popular en el este de la capital frente a unas 2.000 personas, la mayoría mujeres con niños, que coreaban su nombre y ondeaban banderas verdes del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE).
Torres centró su intervención de unos 15 minutos, precedida de sorteos de bicicletas y una estufa, en la promesa de atacar la pobreza que afecta a 54% de los 15.8 millones de habitantes.
«Hoy vengo como candidata pero voy a regresar a celebrar con ustedes como presidenta», aseguró Torres de 60 años, vestida con pantalón azul, camisa blanca y un chaleco verde confeccionado con tejidos indígenas a escasos minutos del mediodía (18H00 GMT), cuando se cerró la campaña.
De su lado, el cómico Morales, conocido por su personaje Neto, una especie de vaquero ingenuo, culminó su campaña la tarde del jueves en la Plaza de la Constitución, en el centro de Ciudad de Guatemala.
Según encuestas de la prensa local, Morales es el favorito para ganar la presidencia y un sondeo publicado el miércoles por el diario Prensa Libre lo coloca con 67.9% de intención de voto, frente a 32.1% de Torres.
Morales, de 46 años, llegó a la plaza conduciendo una motocicleta desde una zona exclusiva en el sur de la capital, acompañado por seguidores de su partido FCN-Nación.
«Llueva, truene o relampaguee, Guatemala se va a presentar a las urnas y le va a decir a la vieja forma de hacer política: no más, no más», exclamó Morales frente a miles de correligionarios.
El comediante, que era un desconocido en la política, atribuye su popularidad al rechazo a los políticos tradicionales por un escándalo de corrupción que provocó la renuncia del expresidente Pérez.
El exgobernante y su vicepresidenta Roxana Baldetti fueron denunciados como cabecillas de una red que cobraba sobornos en las aduanas nacionales y ahora se encuentran en prisión preventiva bajo investigación.