El aeropuerto español de Barcelona tuvo que cancelar este sábado 62 vuelos debido a una huelga del personal de tierra y otros 26 a causa de una tromba de agua, que también provocó inundaciones en la ciudad y problemas de tráfico en varias carreteras.
Los observatorios de Barcelona recogieron hasta 47 litros de agua por metro cuadrado en 30 minutos a causa de las tormentas que afectan al centro y parte del litoral de la región de Cataluña.
Las fuertes lluvias obligaron a paralizar durante unos 40 minutos los despegues y aterrizajes en el aeropuerto de la capital catalana, que reanudó la actividad paulatinamente a las 13:30 horas (11.30 GMT), aunque con retrasos generalizados -algunos de cinco horas- y el desvío de un puñado de vuelos a otros aeropuertos.
Las pistas quedaron totalmente impracticables a causa del aguacero y numerosos aviones tuvieron que esperar en vuelo a poder aterrizar, informaron las autoridades aeroportuarias españolas.
Las efectos de las malas condiciones atmosféricas se unen a los de la huelga que el personal de tierra de Iberia mantiene este fin de semana en Barcelona, en plena temporada alta de vacaciones en Europa y mil vuelos programados para hoy.
El 80 % de los trabajadores secundan la huelga, según el sindicato UGT, aunque la compañía aérea española lo reduce al 15 %, mientras que los servicios mínimos se cumplían con normalidad en las primeras horas de esta protesta contra la temporalidad en el trabajo. Hoy se cancelaron 62 vuelos y el domingo se verán afectados 73.
Las compañías intentaron recolocar a los viajeros en otros vuelos, aunque en algunos casos no ha sido posible, como el de Claudia, una pasajera argentina que junto a su familia viajaba a París, a quien ofrecieron volar el martes 30 de julio.
«Esto es un abuso, tengo todos los hoteles y las entradas a los parques turísticos pagados, ¿quién me va a devolver mi dinero?”, lamentó la turista sudamericana en declaraciones a Efe.
Vueling es la compañía aérea más afectada por la cancelación de vuelos, tanto por el paro laboral como el mal tiempo.
Los servicios de emergencia recibieron varios cientos de avisos sobre los daños de los chubascos en Barcelona y localidades próximas, acompañados de rachas de viento de hasta 55 kilómetros por hora.
El Ayuntamiento de Barcelona tuvo que activar el plan de emergencias por la gran cantidad de agua caída, que llegó a las estaciones del metro, como las de Sagrada Familia y Plaza de España, inundó calzadas como la Avenida Diagonal y plantas bajas de edificios.
Varias carreteras próximas a Barcelona, como la autopista de peaje AP-7, sufrieron retenciones importantes, informaron las autoridades catalanas, y otras quedaron cortadas a causa de deslizamientos de tierra.