WASHINGTON, 24 noviembre 2013. La llamativa baja actividad de la superficie solar, cuyas manchas nunca han sido tan escasas en el último siglo, suscita la curiosidad de los científicos, que se interrogan acerca de cuánto tiempo durará esta calma.
Las manchas solares han sido observadas desde hace milenios, en primer lugar por astrónomos chinos y por primera vez con un telescopio en 1610 por Galileo.
Las manchas solares son importantes porque la intensa actividad electromagnética que las acompaña produce fuertes modificaciones de las radiaciones ultravioletas y de los rayos X, así como tormentas solares que pueden perturbar las telecomunicaciones y la red eléctrica sobre la Tierra, subrayó Andrés Muñoz Jaramillo, físico de la Universidad de Montana.
Las manchas solares aparecen en ciclos de aproximadamente once años. Aumentan cada día por ráfagas y luego decrecen drásticamente antes de volver a extenderse nuevamente.
Pero este ciclo -−se lo considera el número 24− sorprendió a los científicos por su escasa actividad. El número de manchas identificadas desde que se inició, en diciembre de 2008, es muy inferior al promedio diario observado en los últimos 250 años. Es, en efecto, de menos de la mitad.
«Este ciclo, que pronto debería alcanzar su máxima actividad, es científicamente interesante ya que es, por lejos, el menos activo de la era espacial», es decir de los últimos 50 años, dijo a la AFP Doug Biesecker, un físico del Space Environment Center de la Agencia Océanica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
El ciclo precedente, el número 23, tuvo su apogeo en abril de 2000, con 120 manchas solares diarias de promedio. Ese pico fue seguido por una actividad mínima, particularmente calma, que concluyó en diciembre de 2008, que marcó el inicio del ciclo actual.
En 2009, primer año del ciclo 24, cuando normalmente debió producirse un aumento de la actividad del sol, los astrónomos llegaron a contar hasta 266 días sin ninguna mancha solar.
Sobre la base de los mínimos del ciclo 23, los físicos habían previsto un ciclo 24 más bien calmo. «La proyección era de 90 manchas diarias en el apogeo del ciclo, previsto para fines de 2013, y está claro que estamos lejos» de ese número, observó Doug Biesecker.
«En 2012, el número de manchas llegó a un tope de 67, esto es cerca de la mitad de la media», precisó. Hay que remontarse al pico del ciclo 14, en febrero de 1906, para encontrar una actividad menos intensa, con un pico de 64 manchas.
«Todos se han sorprendido por la duración del mínimo del ciclo actual, que se ha prolongado tres años, es decir tres veces más que en los tres ciclos precedentes de la era especial», agregó Muñoz Jamillio a la AFP.
Alteraciones de los campos magnéticos
Además de la debilidad de su actividad, el sol experimenta anomalías en el cambio de polaridad de sus campos magnéticos. Normalmente, el polo sur y el polo norte invierten simultáneamente su polaridad cada once años en promedio, lo que se corresponde con la duración de un ciclo solar.
Durante ese proceso los campos magnéticos polares se debilitan para caer a cerca de cero y reaparecen nuevamente cuando la polaridad se invierte, explican esos científicos. Pero en el ciclo actual los polos están desincronizados. El polo norte ya invirtió su polaridad hace varios meses, lo que ha provocado que tenga la misma que el polo sur.
Según las últimas mediciones satelitales, «el polo sur, por su lado, invertirá muy pronto su polaridad», indicó Todd Hoeksema, director del Observatorio Solar Wilcox de la Universidad de Stanford (California), quien no parece preocupado por este fenómeno.
Los científicos se interrogan acerca de cuánto tiempo durará esta calma solar. Algunos de ellos se preguntan si no estamos asistiendo a un período prolongado de escasa actividad solar, comparable a del llamado «Mínimo de Maunder», entre 1650 y 1715, durante el cual no se observó casi ninguna mancha solar.
Esos años coincidieron con un período de claro enfriamiento, llamado la Pequeña Era Glaciar en Europa y América del Norte.
«Hubo una fuerte correlación entre la escasa actividad solar y la Pequeña Era Glaciar (pues) el sol contribuye a la variabilidad climática», señaló Doug Biesecker.
Pero agregó que «a pesar de que la debilidad de la actividad solar observada últimamente atenúa algo el calentamiento global, no lo detiene. La temperatura solo aumenta más lentamente».