Unos 500 indígenas de diferentes etnias de todo Brasil fueron impedidos este miércoles de entrar en el Palacio Presidencial por parte de agentes de seguridad, durante una protesta contra el gobierno y en defensa de sus tierras, constató la AFP en el lugar.
Los indígenas protestan contra una nueva norma del ministerio de Justicia que pretende que no solo la Fundación Nacional del Indígena (FUNAI) del gobierno sino otros organismos públicos participen de la demarcación de sus tierras, lo que los indígenas aseguran retrasará todavía más su acceso a territorios ancestrales.
Con sus plumas y pinturas tradicionales, los indígenas se manifestaron ante el Palacio de Planalto (sede de la Presidencia), en cuyo interior se encontraba la presidenta, Dilma Rousseff.
Los manifestantes intentaron entrar por la puerta principal y también por la rampa de acceso de autoridades que lleva al primer piso, pero fueron frenados por la seguridad, que según los indígenas utilizó gas pimienta para dispersarlos.
«El mensaje que traemos los guerreros que estamos aquí es, ‘presidenta, denos nuestras tierras’. Nuestra tierra es nuestra vida, sin tierra no somos nada», clamó una líder indígena por un altavoz.
«Crean nuevas normas para quitarnos el derecho a la tierra que la Constitución reconoce», lamentó la indígena Gladys Ramires, de la etnia Kokama del amazónico Alto Solimoes, en declaraciones a la AFP.
Los indígenas, que viajaron a Brasilia para participar de un congreso de salud indígena del que portaban sus camisetas verdes, también protestaron ante el ministerio de Justicia.
«Creíamos mucho en Dilma (Rousseff); ahora ya no, ella no nos respeta», declaró a la AFP Awa Kuara Wera, líder indígena de 45 años de la aldea Peruibe, la más antigua de Sao Paulo, que espera la demarcación de su territorio como garantía de usufructo de esa tierra.
Una decisión del ministerio de Justicia anunciada el fin de semana amplía el número de organismos públicos que deberán decidir el reconocimiento de territorios indígenas.
Esa decisión «privilegia los intereses económicos» y «muestra una clara intención de trabar nuevas demarcaciones de tierras indígenas y postergar las decisiones», denunció el coordinador del frente parlamentario de Apoyo a los Pueblos Indigenas, Mariton Benedito de Holanda, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) que gobierna el país.
Los indígenas han protagonizado grandes protestas en Brasilia este año contra iniciativas en debate en el Congreso, como la posibilidad de instalar concesiones mineras en sus tierras ancestrales y una eventual transferencia de la demarcación de tierras al parlamento, controlado por el poderoso lobby agropecuario.
El ministerio de Justicia ha indicado que la nueva normativa será discutida con líderes indígenas y que pretende solucionar los conflictos con los productores rurales que ocupan esas tierras.
Las tierras indígenas ocupan 12% del territorio nacional en Brasil, pero muchas otras están todavía pendientes de reconocimiento oficial, en conflicto con agricultores.