El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó este miércoles de «gran error» la decisión de Texas y Misisipi de levantar las órdenes estatales de llevar mascarilla para protegerse de la covid-19 y afirmó que lo último que el país necesita es este «pensamiento neandertal».
«Miren, creo que es un gran error, espero que todo el mundo se dé cuenta ahora de que estas máscaras marcan la diferencia», dijo Biden a los periodistas en la Casa Blanca, cuando fue preguntado por la decisión de los gobernadores republicanos de Texas, Greg Abbott, y de Misisipi, Tate Reeves, de revocar la orden de llevar mascarilla en esos territorios.
Biden recordó que EE.UU. «está en el umbral de ser capaz de modificar fundamentalmente la naturaleza de esta enfermedad» gracias a las vacunas.
«Hemos sido capaces de adelantar todo para que hacia finales de mayo haya suficiente para que todos los estadounidenses adultos puedan recibir una dosis, y la última cosa que necesitamos es el pensamiento neandertal de que, entretanto, ‘todo está bien, quítense las mascarillas’. Olvídense de eso», zanjó Biden, antes de una reunión con congresistas en la mansión presidencial sobre la lucha contra el cáncer.
El mandatario repitió hasta cuatro veces la palabra «vital» para señalar que es importante que los dirigentes estatales «sigan la ciencia» y sus recomendaciones, como lavarse las manos, llevar máscara facial y mantener la distancia social.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, destacó en su rueda de prensa diaria que «todo el país ha pagado el precio por los líderes políticos que han ignorado a la ciencia en lo que se refiere a la pandemia», cuando fue preguntada por Texas y Misisipi.
El martes, Biden prometió que EE.UU. dispondrá de suficientes vacunas contra la covid-19 para todos los adultos del país antes de finales de mayo, dos meses antes de lo que se calculaba hasta ahora.
Precisamente ayer, los estados de Texas y Misisipi anunciaron la decisión de levantar sus respectivas órdenes a nivel estatal de llevar mascarilla para protegerse de la covid-19 y permitir que los negocios operen al tope de su capacidad, pese a las advertencias de las autoridades médicas en medio de la pandemia.
Ambos gobernadores justificaron la medida por la bajada en el número de casos y hospitalizaciones y el buen ritmo de las vacunaciones.
Aunque en las últimas jornadas la media diaria de nuevos casos ha descendido notablemente en EE.UU., hasta situarse por debajo de los 70.000 diarios, frente a los cerca de 300.000 de comienzos de año, las autoridades siguen advirtiendo del peligro existente, especialmente debido a la aparición de nuevas variantes.
Estados Unidos, el país más golpeado del mundo por la pandemia, registra ya más de 28,7 millones de casos y más de 518.000 fallecidos, según el último recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.