El gobierno de Australia anunció este domingo la reserva de 85 millones de vacunas contra la covid-19 de la farmacéutica Pfizer que serán entregadas en 2022 y 2023, y servirán como dosis de refuerzo frente la pandemia.
El primer ministro, Scott Morrison, sobre quien arrecian las críticas por los retrasos en la campaña de vacunación del país oceánico, apuntó en un comunicado que esta adquisición sirve para «continuar protegiendo» a los ciudadanos contra la «amenaza de evolución de la covid-19».
«Todos los australianos tendrán acceso a una vacuna de refuerzo si es necesario», remarcó el mandatario, cuya popularidad cae a raíz del actual rebrote del virus en Australia y a pesar de la buena gestión durante los primeros meses de la pandemia.
Las autoridades esperan la primera llegada de estas dosis de refuerzo para el primer trimestre de 2022, año en el que se recibirán un total de 60 millones de vacunas, mientras que los restantes 25 millones de dosis llegarán a lo largo de 2023.
Australia, que inicialmente preveía vacunar a toda su población antes de finales de octubre, ha logrado vacunar con la pauta completa a alrededor del 14 por ciento de los mayores de 16 años.
Más de la mitad de los 25 millones de habitantes del país se encuentran bajo medidas de confinamiento debido al brote detectado en Sídney a mediados de junio y vinculado a la variante delta del virus.
La autoridad sanitaria de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney, informó este domingo de 141 nuevos casos y dos fallecidos.
Además del confinamiento sobre Sídney y las comunidades aledañas, que se inició el 27 de junio y está vigente hasta el 30 de julio, también hay medidas similares hasta el próximo martes en los estados Victoria, que hoy registró 11 nuevos infectados, y Australia del Sur, con tres nuevos enfermos.
«No hay una manera sencilla de acabar con los casos y es el confinamiento el que hace ese trabajo (…) las vacunas pueden ayudar, pero no van a terminar con las cuarentenas», remarcó Morrison en una rueda de prensa posterior.
Australia, que implementa una férrea y rápida política de confinamientos al detectar brotes del virus, acumula más de 32,800 casos y 918 fallecidos desde el inicio de la pandemia.