Varios atentados casi simultáneos destruyeron este domingo los vehículos de cinco miembros de los brazos armados de la Yihad Islámica y de Hamas, que se enfrenta a una ofensiva de los salafistas radicales en la Franja de Gaza.
Estos ataques no han sido aún reivindicados pero varios grupos que dicen apoyar al grupo yihadista Estado Islámico (EI) han reivindicado la autoría de otros atentados recientes contra Hamas.
La policía de Hamas, el movimiento islamista en el poder en la Franja, no acusó a nadie, pero prometió que los «saboteadores» no podrán «escapar a las sanciones».
Estos atentados son inéditos en varios sentidos. Por una parte, es la primera vez que tiene lugar un ataque de este tipo contra la Yihad Islámica, la segunda fuerza en Gaza y aliada de Hamas. Por otra, también es la primera vez que se produce un ataque coordinado contra tantos miembros de los movimientos islamistas en Gaza.
Las cinco bombas explotaron en un intervalo de un cuarto de hora en el barrio de Sheij Raduan.
Según varios testigos, los explosivos habían sido colocados bajo tres vehículos de miembros de las brigadas Al Qasam (el brazo armado de Hamas) y de otros dos de miembros de las brigadas Al Quds, la rama militar de la Yihad Islámica.
Varios miembros de Hamas, algunos de alto rango, habían sido ya objetivo de ataques anteriormente. Los ataques siempre han dado la impresión de amenazas o advertencias, al producirse de noche o a horas en las que nadie se encontraba en los alrededores.
Las explosiones de este domingo destruyeron totalmente los vehículos, pero no provocaron víctimas.
Detenciones
El pasado junio, tras varios ataques contra sus fuerzas y contra intereses extranjeros, Hamas detuvo a decenas de personas en medios salafistas, provocando una marea de comunicados amenazantes de este movimiento.
Tras el ataque de este domingo, la policía de Hamas, que asegura vigilar a los grupos salafistas de Gaza, prometió dureza, y podría llevar a cabo nuevas detenciones.
Los expertos consideran que Hamas, que cuenta con casi 30.000 hombres armados, tiene la situación controlada.
Pero el cóctel explosivo en el que se ha convertido Gaza genera preocupación: una mezcla de pobreza y desempleo galopantes, una reconstrucción que se hace esperar un año después de la última guerra, atentados del EI en el vecino Sinaí egipcio y problemas internos provocados por el bloqueo israelí.
Por el momento, ningún grupo gazatí ha recibido el apoyo del EI. Pero los expertos aseguran que el atractivo de esta organización ultraviolenta, que actúa en Siria e Irak y ya cuenta con una rama en el Sinaí, es cada día más evidente entre la juventud de la Franja, un estrecho territorio en el que se amontonan 1,8 millones de personas.
A esto se suma que una gran parte de los gazatíes se sienten decepcionados por los partidos tradicionales palestinos.
Hamas y la Yihad Islámica, las principales fuerzas en la Franja, denuncian regularmente a los movimientos yihadistas, en especial al EI.
Al Qasam y Al Quds denunciaron el domingo en un comunicado conjunto «un intento de hacerse con la resistencia al hacer explotar los vehículos de sus combatientes».
Según estos movimientos, que lideraron la guerra contra Israel en Gaza de julio y agosto de 2014, los actos de violencia «solo benefician al ocupante y a sus objetivos» y ponen a sus autores «en el lado de los traidores», pero no apuntaron a una organización en concreto.
Tanto para Hamas como para la Yihad islámica, los actos del EI «ensucian la imagen del islam» y van «contra sus principios».
Tales posturas provocaron la ira de los gazatíes que se habían sumado a las filas del EI. Recientemente, unos jóvenes comandantes gazatíes de la organización yihadista difundieron un vídeo grabado en el norte de Siria en el que llamaban a atacar a Hamas en Gaza.