Las autoridades surcoreanas arrestaron al capitán del ferry naufragado hace tres días frente a las costas de ese país con cientos de estudiantes a bordo, informó la agencia de prensa Yonhap.
Lee Joon-Seok, de 52 años, se enfrenta a cinco cargos, incluyendo negligencia y violación del derecho marítimo, indicó la agencia surcoreana.
Veintiocho cuerpos han sido hallados hasta el momento, según el balance facilitado por los guardacostas. De las 475 personas que se encontraban a bordo, incluyendo más de 300 estudiantes de secundaria, 179 personas se encuentran a salvo y otras 268 continúan desaparecidas.
Devastados, los padres de los estudiantes desaparecidos acusaron de incompetencia al gobierno, a los socorristas y a la tripulación del ferry.
«El equipo de investigación común de la policía y de la fiscalía emitió ordenes de arresto contra tres miembros de la tripulación, entre ellos el capitán», dijo a la AFP un responsable de los guardacostas en Makpo, en el sur del país.
El fiscal indicó el viernes que en el momento del accidente, el miércoles a las nueve de la mañana, el ferry lo dirigía un oficial subalterno y no el capitán, que se encontraba «en popa».
El capitán y la mayoría de los 28 miembros de la tripulación abandonaron la embarcación antes del naufragio cuando cientos de pasajeros se encontraban aún atrapados.
Más de 48 horas después del accidente, y a pesar de las violentas corrientes, dos buzos lograron penetrar en una parte del ferry totalmente sumergida.
«No hay casi visibilidad», dijo uno de los dos hombres una vez que regresaron a tierra.
Uno de los sobrevivientes, el vicedirector del instituto de Danwon, al sur de Seúl, del que eran alumnos los escolares que se encontraban a bordo, fue hallado sin vida el viernes por la mañana.
La prensa local aseguró que su cuerpo estaba colgado con un cinturón de un árbol, y la agencia Yonhap citó una nota de suicidio encontrada por la policía: «Sobrevivir solo es demasiado doloroso… Asumo la plena responsabilidad», indicó en la nota.
Las causas del accidente se desconocen por el momento. Numerosos pasajeros dicen que oyeron un fuerte ruido y el ferry se detuvo súbitamente, lo que podría significar que el barco tocó el fondo o golpeó un objeto sumergido.
«El Gobierno mintió»
Algunos expertos evocan también la posibilidad de que la carga del ferry, que transportaba 150 vehículos, se desplazara y desequilibrara el barco.
El capitán afirmó que no chocó contra ninguna roca.
El operador del «Sewol», Chonghaejin Marine Co., indicó que el capitán, de 69 años, tiene muchos años de experiencia y cubría desde hace ocho años el trayecto Incheon-Jeju, en el que se produjo el accidente.
La cólera de las familias de las víctimas se amplifica día a día. Los padres, devorados por la angustia y el dolor, critican violentamente a las autoridades y les acusan de indiferencia y mentira.
«El Gobierno mintió ayer», declaró el viernes un hombre que dijo hablar en nombre de todos los padres, en directo por la televisión surcoreana.
«¿Así son las cosas en Corea del Sur? Les volvemos a suplicar una vez más, por favor, que salven a nuestros hijos».
El hombre afirmó que en el lugar del drama sólo vio unas cuantas embarcaciones y unos buceadores, muy lejos de los 500 buceadores, 169 barcos y 29 aeronaves que las autoridades afirman haber mandado.
En el gimnasio de Jindo, la isla vecina del lugar del drama, que acoge a cientos de allegados de los desaparecidos, una pantalla retransmite los esfuerzos de los socorristas.
Las familias lamentan con amargura que los pasajeros recibieran la consigna de no moverse de sus asientos o camarotes cuando el ferry se inmovilizó tras un choque.
Treinta o cuarenta minutos más tarde, el barco se empezó a hundir por la proa y fue demasiado tarde para muchos ocupantes, incapaces de trepar a lo largo de los pasillos casi a la vertical mientras el agua entraba a chorros.
La magnitud del drama ha causado estupefacción en Corea del Sur, un país rico y moderno que pensaba que este tipo de catástrofes eran cosa del pasado.
«Haremos que los responsables (del accidente) tengan que rendir cuentas», dijo en rueda de prensa el fiscal Lee Seong-Yoon.
El presidente estadounidense, Barack Obama, que visitará Seúl el 25 y 26 de abril, dio su «más sentido pésame» a los familiares de las víctimas.
«Nos duele el corazón al ver a nuestros amigos coreanos pasando por una pérdida tan terrible, especialmente la pérdida de tantos jóvenes estudiantes», agregó.