Argentina dispuso este lunes aumentar el uso obligatorio de biocombustibles en gasolinas e incorporarlo a las usinas termoeléctricas en el país, medida que compensa en parte el freno a las exportaciones del producto impuesto por un alza de aranceles de la Unión Europea (UE).
«El corte obligatorio del gasoil con biodiésel pasará del 8% al 10%. En las usinas termoeléctricas se fija en 10% el uso de biocombustible», afirmó el ministro de Planificación, Julio de Vido, en conferencia de prensa en el ministerio de Economía.
La UE impuso en noviembre aranceles promedio de 24,6% al biodiésel de Argentina con el argumento de impedir la competencia desleal (dumping).
La medida arancelaria significa de hecho el cierre de ese mercado para los fabricantes locales, que alcanzaron en 2011 un máximo de exportaciones por 1.847 millones de dólares.
Argentina es el principal productor mundial de biodiésel en base al aceite de soja, con 2,5 millones de toneladas en 2012, de las cuales 1,6 millones de toneladas fueron exportadas y un 90% de ellas a la UE.
«Trabajamos con Cancillería para que no se nos aplique un tratamiento injusto en la UE», dijo De Vido.
Argentina anunció que llevará su protesta a la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La patronal argentina del sector había calificado la decisión europea de «absolutamente arbitraria, que perjudica a una industria que es eficiente y competitiva, además de hacer que los europeos paguen más caro el gasoil (gasóleo)».
La decisión del gobierno argentino implica «una colocación en el mercado local de unas 450.000 toneladas anuales de biodiésel», dijo De Vido.
El alza del corte de biocombustibles significa también «un ahorro de 50 millones de dólares en importaciones», dijo en la conferencia el ministro de Economía, Axel Kicillof.