El juicio del derrocado mandatario egipcio Mohamed Mursi, quien aseguró este lunes al tribunal ser «el presidente de la República» de Egipto, fue aplazado hasta el 8 de enero, constató la AFP.
Mursi también estimó que había que juzgar a los «líderes» del «golpe militar» que lo derrocó, el pasado 3 de julio.
En su primera aparición pública desde que lo derrocó y arrestó el ejército, el pasado 3 de julio, el primer presidente egipcio elegido democráticamente declaró: «Soy el doctor Mohamed Mursi, el presidente de la República». «Este tribunal es ilegal», agregó.
«Esto fue un golpe militar. Hay que juzgar a sus líderes», puntualizó, añadiendo: «El golpe es una traición y un crimen».
En son de reto, Mursi llegó vestido de traje, en lugar de la ropa blanca que se pone a los detenidos.
Al iniciarse la audiencia, otros dos islamistas acusados, Esam al Erian y Mohamed al Beltagui, ambos importantes dirigentes de los Hermanos Musulmanes, habían coreado «¡Abajo la ley militar!» y aplaudieron a Mursi cuando entró a la sala.
Mursi, que estuvo apenas un año en el poder, estaba detenido a manos del ejército en un lugar secreto desde su derrocamiento. Los días previos a su caída, millones de egipcios salieron a las calles pidiendo su partida, acusándolo de acaparar el poder en beneficio de los Hermanos Musulmanes.
Posteriormente, el nuevo poder ha reprimido de forma sangrienta a los manifestantes pro Mursi, en particular desde el 14 de agosto, cuando policías y soldados mataron a cientos de sus partidarios al dispersar una protesta en El Cairo. Desde entonces, más de mil manifestantes han muerto y más de 2.000 miembros de los Hermanos Musulmanes fueron detenidos, incluidos sus principales líderes.