La amistad con el supuesto «robacarros» y líder de una red de corrupción dentro del gobierno de Guatemala, Juan Carlos Monzón, provocó la renuncia de la vicepresidenta Roxana Baldetti, salpicada con esa estructura ilegal.
Después de estallar el escándalo, el 16 de abril pasado, el propio presidente, Otto Pérez, había defendido la contratación de Monzón como secretario privado de Baldetti al indicar que había presentado solvencias de antecedentes penales y policiales, pese a haber protagonizado un conocido incidente en 2001 que le valió su apodo de «robacarros».
Pérez anunció la tarde del viernes la renuncia del Baldetti, en plena crisis gubernamental por su presunta implicación en el escándalo de corrupción en el sistema aduanero, del que es considerado cabecilla Monzón, su exsecretario privado, ahora prófugo y presuntamente escondido en Honduras.
«Los documentos que él presentó eran documentos válidos y originales. Si hubo un error fue confiar en las personas, pero uno no sabe qué las personas pueden estar haciendo a espaldas o en su tiempo libre», dijo en esa oportunidad el gobernante.
No obstante, las declaraciones causaron repudio e indignación en diferentes sectores de la sociedad debido a que el presidente es un general retirado, exjefe de inteligencia militar y del desaparecido Estado Mayor Presidencial, el ente que estuvo encargado de dar protección a los mandatarios de turno.
Convulso pasado
El escándalo estalló a mediados de abril, cuando la Fiscalía y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), un ente avalado por la ONU para sanear el sistema judicial, revelaron la existencia de una red dedicada a defraudar el fisco desde las aduanas que supuestamente lideraba Monzón.
En ese momento, Baldetti realizaba una visita personal en Corea del Sur acompañada por Monzón, quien desapareció desde entonces.
A su retorno, la vicepresidenta dio una serie de declaraciones contradictorias y buscó desligarse del caso, lo que provocó una fuerte indignación y que muchos sectores sociales pidieran su renuncia o remoción.
La red descubierta fue denominada «La línea» y operaba cobrando sobornos a empresarios en las fronteras para evadir impuestos, actividad con la que se estima obtuvo ganancias millonarias.
Monzón pasó de vivir modestamente a tener una comodidad ostentosa, comprar viviendas en la capital y en el Pacífico (sur).
El exsecretario privado es un exteniente del Ejército y durante su corto historial militar (1992-1998) fue sancionado con varios deméritos por desobediencia, mala conducta, incumplimiento de deberes, abandono del puesto y aprovecharse de su cargo para fines particulares, afirma el diario El Periódico.
Asimismo, una investigación de ese rotativo asegura que varios excompañeros «sospechaban que (Monzón) estaba involucrado en negocios raros cuando aún formaba parte del Ejército».
Ya retirado de las filas castrenses, fue capturado el 16 de marzo de 2001 después de un enfrentamiento armado con la policía cuando intentaban robar un vehículo en la periferia sur de la capital.
En el incidente, Monzón recibió una bala en la espalda, mientras que otro compañero, gravemente herido, murió horas después en un hospital. Monzón fue procesado por el delito de robo agravado y atentado, así como por pertenecer a una banda de robacarros que operaba en diversos puntos de la ciudad capital.
Bajo sospecha
«Nosotros sospechábamos que desde los años noventa, Juan Carlos participaba en una banda de robacarros que operaba en la capital, y que luego trasladaba los vehículos a las fronteras con México y El Salvador, donde eran utilizados para transportar drogas o los desmantelaban para vender las piezas», aseguró a El Periódico un alto oficial que solicitó no publicar su nombre por seguridad.
Monzón siempre negó que fuera miembro de esa banda, pero reconoció que tenía amigos en ella y que ese día de 2001 se había reunido con varias personas para compartir un buen momento.
Después de presentar los documentos del vehículo, que era de su propiedad, una jueza resolvió imponerle arresto domiciliario y prohibición de salir del país, pero el caso fue clausurado en 2007.
Monzón ingresó al gobernante Partido Patriota (derecha) en la segunda vuelta de las elecciones de 2007 y se integró bajo el mando de Baldetti.
El secretario privado prófugo fue sustituido por Soledad Barrios, quien fungía como su secretaria.