La crisis que vive Honduras ha dejado como resultado tres personas muertas. Varios sectores exigen la salida del presidente hondureño Juan Orlando Hernández y mejoras en educación y salud.
Las víctimas mortales murieron en hospitales de Honduras, mientras que más de una veintena de personas han resultado heridas.
Dos de los fallecidos son Erick Peralta y Luis Maldonado, el primero a causa de una herida con arma blanca y el segundo por un disparo en la cabeza. Se desconoce la identidad de la tercera víctima, solo se conoce que es un joven de 17 años que fue asesinado por policías militares de Honduras.
Tras estos hechos, la Policía también ha dicho que hay varios elementos policiales heridos y manifestantes que cometieron estos ataques han sido capturados.
Durante las protestas los manifestantes han quemado llantas, saqueado y destruido varios negocios.
Ayer, agentes de la Policía Nacional continuaba una rebelión, quienes exigían conquistas sociales. Los policías lanzaron gases lacrimógenos a sus jefes.
Ante esta problemática el presidente dijo que se trataba de un grupo reducido y que algunos han sido depurados de la institución. Agregó que el resto de uniformados trabajaba con normalidad.
El mandatario dijo que tendrá una reunión con el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad, ya que aseguró que ellos deben garantizar el goce de sus derechos a los hondureños.
Además, expresó que tiene que «cumplir» con su «mandato» y que «en dos años y meses entregaré a un nuevo presidente».
Hernández fue reelegido para un segundo mandato en los comicios de noviembre de 2017 en los que, según la oposición, hubo «fraude».
El pasado miércoles el país vivió un paro de transportistas de cargo se aparcaron en principales carreteras, quienes exigieron el pago de $1.24 de kilómetro recorrido. Las protestas de los transportistas finalizaron la madrugada del jueves.
Honduras vive una crisis social, política y económica desde inicios de mayo, luego de que el Parlamento aprobó en abril dos decretos ligados a la educación y salud pública que un sector de los maestros y médicos rechazó por considerar que se orientaban a la privatización de ambos servicios y el despido masivo de personal, a lo que el Gobierno siempre respondió que eso era falso.