Una serie de ataques rebeldes en Pakistán mataron este martes a 27 personas, entre ellas, dos encargados de asegurar la campaña de vacunación contra la poliomielitis, según las autoridades locales.
Estos cinco incidentes, que incluyen un ataque contra soldados y un atentado contra un juez, confirman el recrudecimiento de la violencia en el país, tras varios meses de ofensivas militares contra los rebeldes talibanes y de relativa calma.
Al menos dos soldados y 15 rebeldes murieron en un ataque de unos 50 rebeldes contra un puesto de control de las fuerzas paramilitares en Orakzai, una inestable zona tribal cercana a Afganistán con gran presencia de talibanes, indicaron a la AFP dos responsables locales de los servicios de seguridad. Seis soldados resultaron heridos en este asalto, añadieron.
En Bajaur, otra inestable zona tribal situada en la frontera con Afganistán, dos responsables de los servicios de seguridad encargados de asegurar la campaña de vacunación contra la polio perdieron la vida en la explosión de una bomba situada en una carretera, declaró a la AFP un responsable gubernamental local, Sohail Khan.
Este ataque ha sido reivindicado por el principal grupo rebelde talibán del país, TTP.
Asimismo, un soldado murió y otro resultó herido en la explosión de una bomba situada cerca de un vehículo militar en Bannu, también en el noroeste del país, según las autoridades locales.
El noroeste de Pakistán se enfrenta desde 2004 a una violenta insurrección antigubernamental encabezada por los talibanes del TTP, que se había apaciguado tras el lanzamiento en junio de una ofensiva todavía en curso del ejército contra los rebeldes talibanes en una zona tribal de Waziristán del Norte.
Un atentado suicida, reivindicado por el TTP, dejó la semana pasada más de 60 muertos en Lahore (este), en la frontera india.
En Quetta (suroeste), un niño de diez años murió y otras 25 personas resultaron heridos en un ataque con coche bomba contra un juez antiterrorista en esta provincia de Baluchistán, sumida también en enfrentamientos entre las autoridades y los rebeldes independentistas, así como en ataques de grupos próximos a los talibanes contra los chiitas.
En el distrito de Bolan, a 170 km al sureste de Quetta, hombres armados mataron a un responsables del gobierno local, a una mujer y a cuatro niños, anunció a la AFP un responsable de la administración local, Kamran Raeesani.