Los científicos abrieron por primera vez en al menos dos siglos el lugar considerado por los cristianos como la tumba de Jesús, en la iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén, Israel
La placa de mármol que recubre la tumba fue desplazada durante tres días para las obras de restauración en esta iglesia, situadas en la ciudad vieja, constató un fotógrafo de la AFP.
Es la primera vez que esta piedra sepulcral es desplazada desde el año 1810, cuando se llevaron a cabo otras obras de rehabilitación, después de un incendio, señaló el padre Samuel Aghovan, el superior de la iglesia armenia.
«Es emocionante porque es una cosa de la que hablamos desde hace siglos», añadió este religioso.
Según la tradición cristiana, el cuerpo de Jesús fue colocado en un lecho funerario tallado en la roca después de su crucifixión por los romanos en el año 30 o 33. Los cristianos creen que Cristo resucitó y que las mujeres que fueron a ungir su cuerpo tres días después de su entierro afirmaron que no encontraron nada.
Las operaciones de renovación que se están realizando permitirán efectuar análisis de los materiales y de las estructuras, informaron a la AFP varios expertos.
Según la revista National Geographic, que dedica un artículo a las obras de restauración, la rehabilitación «del lecho funerario supondrá para los investigadores una ocasión sin precedentes para estudiar la superficie original de lo que se considera como el lugar más sagrado del cristianismo».
El proyecto de restauración de la iglesia del Santo Sepulcro empezó en mayo. Se colocaron andamios alrededor del edificio, así como paneles de protección. Para proteger la entrada a la tumba de los turistas, se instaló delante una estructura metálica.
Importantes obras
El sepulcro está situado en el edículo, una pequeña estructura, ubicada bajo la cúpula de la iglesia, que fue reconstruida en mármol después de un incendio.
Está mantenido desde hace décadas por una estructura metálica, que sustenta el conjunto de los bloques de mármol. Pero éstos se están separando a causa de las condiciones meteorológicas y, sobre todo actualmente por el flujo cotidiano de miles de peregrinos y turistas.
El edículo será desmontado y reconstruido de forma idéntica, explicó la Custodia. Sólo las piezas más frágiles o rotas serán substituidas y las placas de mármol que se puedan conservar se limpiarán. Asimismo se consolidará la estructura que las mantiene.
Las tres principales confesiones cristianas del Santo Sepulcro (griegos ortodoxos, franciscanos y armenios) financiarán el dispositivo, junto a contribuciones públicas y privadas.
Está previsto que las obras, realizadas por expertos griegos con el apoyo de la National Geographic Society, duren ocho meses, antes de que se inicien las celebraciones de la Pascua de 2017.
El edículo es la última construcción que se hizo desde el siglo IV en el sepulcro de Cristo.