El Salvador
martes 15 de julio de 2025

El museo oculto de Zacatecoluca que preserva reliquias de la historia salvadoreña

por Gabriela Cruz

Reynaldo Palacios es un médico forense y poeta que ha coleccionado durante décadas piezas antiguas de valor histórico que han sobrevivido al tiempo y al olvido.

En las inmediaciones del barrio El Calvario de Zacatecoluca, en La Paz, Reynaldo Salvador Palacios Ramírez, un médico forense de 74 años de edad, ha hecho de su hogar un museo personal donde preserva y expone objetos antiguos, herramientas de época y otras reliquias que han formado parte de la historia de la ciudad viroleña y del país.

Foto: D1/Gabriel Aquino
Foto: D1/Gabriel Aquino

El también militar retirado, que laboró en la Fuerza Aérea en los tiempos de la Guerra Civil, ha coleccionado múltiples piezas que son una muestra de la orfebrería, alfarería y esculturas, entre otras expresiones que se han desarrollado a lo largo de la historia salvadoreña reciente.

Foto: D1/Gabriel Aquino
Foto: D1/Gabriel Aquino

En su museo personal resguarda un sinnúmero de copas, vasijas y otros recipientes de diversos metales; piezas de alfarería en las que destacan pequeños tótems de animales; y centenares de carros de metal a escala, que resaltan con detalles en pintura, llantas y demás carrocería.

Foto: D1/Gabriel Aquino

“Hay de todo, hay de hierro, de bronce, madera, artesanales como los candiles, campanas viejas de escuela…”, dice Don Reynaldo al enlistar los objetos que ha coleccionado desde 1970.

Foto: D1/Gabriel Aquino

Palacios, quien vive en Zacatecoluca desde hace treinta años, asegura que las piezas han llegado a sus manos por medio de compras realizadas por él mismo o regaladas por amigos.

Foto: D1/Gabriel Aquino

Radios elaboradas de madera y herramientas marcadas por su uso en la tierra o viejos talleres se suman al inventario del museo.

Foto: D1/Gabriel Aquino

En la sala principal de su casa ha colgado en exposición una decena de llaves forjadas en hierro que alguna vez abrieron puertas pesadas y portones coloniales.

Foto: D1/Gabriel Aquino
Foto: D1/Gabriel Aquino

También se halla una muestra de trofeos alzados en alguna victoria desconocida, figuras de Cristo crucificado desgastadas por el tiempo, recipientes de vidrio que alguna vez sirvieron en un antiguo laboratorio, relojes análogos clásicos y de péndulo, cofres de larga data decorados con polvo de oro y espejos con más de dos siglos de antigüedad.

Foto: D1/Gabriel Aquino
Foto: D1/Gabriel Aquino

Cada pieza ha ido aumentando en valor a medida pasa el tiempo, indica el coleccionista.

Foto: D1/Gabriel Aquino
Foto: D1/Gabriel Aquino

Entre las piezas más destacadas de la colección de Don Reynaldo destacan figuras de piedra humanoides de gran tamaño, así como las bases de los corredores que se hallaban en los portales del centro histórico de Zacatecoluca antes del terremoto del 2001.

Foto: D1/Gabriel Aquino
Foto: D1/Gabriel Aquino

“En la época del terremoto, aquí en Zacatecoluca, la gente sacó objetos históricos que se cayeron. Los tablones los sacaron a la calle. Yo los anduve recogiendo y así hice la juguetera”, relata sobre sus pericias.

Foto: D1/Gabriel Aquino
Foto: D1/Gabriel Aquino

También no faltan artículos de barro y máscaras de animales que buscan replicar el estilo de la orfebrería precolombina.

Foto: D1/Gabriel Aquino
Foto: D1/Gabriel Aquino

Además de esta afición, Don Reynaldo ha dedicado su vida a escribir narrativa y poesía libre sobre experiencias personales y sus vivencias durante la Guerra Civil.

Foto: D1/Gabriel Aquino

Entre los libros que ha escrito se encuentran “Bajo la piel del poeta”, “Más allá del horizonte”, “La añoranza de la tierra” o “El niño y el mar”, los cuales también expone en su casa como una muestra de su creatividad.

Foto: D1/Gabriel Aquino

Afirma que comenzó a escribir durante su permanencia en Estados Unidos, luego de salir del país tras dar una opinión criticando la masacre de los jesuitas en 1989 durante su servicio militar.

Foto: D1/Gabriel Aquino
Foto: D1/Gabriel Aquino

Palacios también ha expuesto su ingenio al decorar su hogar con azulejos coloridos que él mismo recolectó de la construcción de nichos del Cementerio de Zacatecoluca, para darle vitalidad y expresividad al hogar que comparte con su esposa y sus mascotas, como una muestra del ingenio de los habitantes de la ciudad viroleña.

Foto: D1/Gabriel Aquino
Foto: D1/Gabriel Aquino