Martin Scorsese vuelve a trabajar con su actor fetiche, Leonardo DiCaprio, para sumergirse en el desenfrenado mundo de las finanzas de los años 1990 con su nueva película «El lobo de Wall Street».
El último film del maestro estadounidense, que se estrena el miércoles en Estados Unidos y Canadá y en enero en América Latina, ha hecho correr mucha tinta en Hollywood, incluso antes de su lanzamiento, generando los rumores más descabellados sobre la duración de la película y su interminable montaje.
Al final, «El lobo de Wall Street» (The Wolf of Wall Street) tarda tres horas y se estrena a tiempo para competir en los Óscar, a los que ya es una de las más firmes candidatas. La película ya recibió dos nominaciones a los Globos de Oro, una a la Mejor comedia del año y otra para Leonardo DiCaprio a Mejor actor de comedia.
Inexplicablemente, sin embargo, Scorsese no fue nominado a Mejor director. A los 71 años, el cineasta sigue dando prueba de una juventud insolente, con energía para competir con los dorados años 1930 de Hollywood presentando una historia trágica, indecente y de un humor cáustico.
Adaptado de la autobiografía homónima de Jordan Belfort, «El lobo de Wall Street» sigue el ascenso y caída de un trader de Nueva York, toxicómano y corrompido, su irresistible ascenso en el mundo de las finanzas en la década de 1990, y su deshonra por una investigación del FBI.
En tres horas a todo ritmo narradas en primera persona por Belfort (DiCaprio), en connivencia permanente con el espectador, Scorsese encadena escenas de bravura, entre líneas de cocaína, orgías y descontrol, bajo una lluvia de dólares.
«Jordan no tiene otro propósito que el de hacer tanto dinero como pueda lo más rápido posible», dijo Scorsese en una entrevista en The Wall Street Journal. «Él entra en ese mundo, lo domina de manera brillante, se divierte como loco y se sale de control».
«Toma muchos riesgos, ya que eso es parte de la diversión. Es tan brillante que quiere poner a prueba sus límites», añadió.
Los desnudos del sucesor de Robert De Niro
Para interpretar a este «lobo», Scorsese vuelve a apelar a DiCaprio, quien en su filmografía aparece como el sucesor de Robert De Niro, en su cuarto trabajo conjunto después de «Pandillas de Nueva York», «Los Infiltrados», «Aviador» y «Shutter Island».
«Es mejor año a año (…) porque la confianza está ahí», dijo el actor de 39 años en el Wall Street Journal.
DiCaprio contó que habló mucho con Jordan Belfort para crear este personaje excesivo desde todo punto de vista, que le valió varias escenas de desnudos y puro libertinaje a las que su público no está habituado.
El ex trader era «increíblemente abierto sobre su vida, incluyendo sus aspectos más vergonzosos», dijo el actor. «Pasé mucho tiempo con él. Lo interrogué constantemente, tratando de incluir en la película todos los detalles posibles. Fue agregando muchas historias que ni siquiera estaban en el libro».
La película también cuenta con un grupo impecable de actores secundarios, incluyendo a Matthew McConaughey y al francés Jean Dujardin, en su debut en una película estadounidense después de su Óscar por «The Artist».
Pero el más impresionante es, sin duda, Jonah Hill, en liza en todos los trofeos a Mejor actor de reparto de la temporada por su papel de brazo derecho de Jordan Belfort.
El actor, improvisador nato y habitué de las comedias para adultos, encarna a un tipo de clase obrera y ambición desmesurada, que termina por igualar a su maestro en cinismo y abusos, e incluso superarlo.
«Ser filmado en cámara lenta por Martin Scorsese inhalando cocaína es probablemente el sueño de todo actor», dijo. «No hay nada comparable. Excepto tal vez tener hijos», dijo Hill.