Mónica Lewinsky ha abierto las puertas sobre los acontecimientos de su amorío con el expresidente de Estados Unidos Bill Clinton por primera vez en muchos años, compartiendo cómo el internet la llevó a ella y a otros a la humillación global.
«Yo, yo misma, lamento profundamente lo que pasó entre mi persona y el presidente Clinton. Déjame decirlo de nuevo: Yo, yo misma, profundamente rechazo lo que paso”, afirma en una publicación escrita para la revista Vanity Fair.
«Claro, mi jefe se aprovechó de mí, pero siempre me mantendré firme en este punto: se trataba de una relación consensual. Cualquier «abuso» se produjo en el período posterior, cuando fui un chivo expiatorio para proteger su posición de poder… La administración Clinton, los esbirros de la fiscalía especial, los operadores políticos de ambos lados del pasillo, y los medios de comunicación fueron capaces de marcarme. Y eso marca, en parte porque estaba imbuida de poder», es parte de su testimonio.
Lewinsky, cuyo artículo estará disponible en formato digital a partir del 8 de mayo y en los kioskos el 13 de mayo, explicó que finalmente habló de su experiencia gracias a Tyler Climenti, un joven de 18 años que cometió suicidio después de que su video donde besaba a un hombre salió en línea.
«Gracias al reporte Drudge, posiblemente fui la primera persona cuya humillación global fue llevada a internet”, afirmó Lewinsky.
La expasante de la Casa Blanca dijo que ella y su madre se vieron impactadas por las circunstancias que rodearon la muerte de Clementi.
«Ella estaba reviviendo 1998, cuando no me permtía estar fuera de lugar. Estaba recordando esas dos semanas cuando dormía a mi lado, noche tras noche porque consideraba que yo también era suicida», dijo Lewinsky sobre su madre. “La vergüenza que había sido lanzada hacia su hija la dejó temerosa que y con dudas de que yo pudiera atentar contra mi propia vida».
Esperaba que si contaba la historia sería capaz de ayudar a otros en los momentos más oscuros de humillación.
Lewinsky puso a un lado los rumores que la habían seguido desde que la noticia sobre su amorío con Clinton se hizo pública, negando que le hayan ofrecido 12 millones para escribir un libro picante y revelado. Nada la hubiera movido a aceptar ofertas que la hicieran ganar más de 10 millones porque sentía que no era lo correcto.
Es tiempo de enterrar los vestidos azules –dijo Lewinsky–Déjenme decirlo de nuevo:lamento profundamente lo que sucedió.