Se acerca el día de la amistad y, no menos importante: del amor. Este 14 de febrero, las parejas hacen fila para entrar al cine, pasar una velada romántica, cenar en lugares con encanto. Entre tanto sentimentalismo, las mujeres esperan que su novio, esposo o amante las sorprenda saliéndose de la rutina. ¿Y qué pasa con los hombres que ven este día como uno más? ¿Los hace menos románticos?
“Que olvidó traerme flores”, “no me regaló una caja con chocolates”, “nunca me dedicó canciones” o “solo sexo tenía en mente”, en fin… Estas frases parecieran ser parte de alguna canción sobre una mujer traicionada por un amor que nunca fue. Pero son tan reales y comunes, más en las pláticas entre amigas donde –casi siempre- el sexo masculino es atacado y acusado, sin derecho a defenderse, por la presunta “falta de atención” hacia su pareja.
“Son poco románticos e insensibles”, esa es la conclusión más recurrente a la que se llega al poner en duda qué tanto un hombre es capaz de amar; más cuando las hay quienes esperan en una relación sentimental su pareja cumpla al pie de la letra normas socialmente establecidas para demostrarles, así, que las aman.
Pero ese desencanto –hasta desilusión de parte del sexo femenino- surge de la pregunta: ¿los hombres son también románticos? Para aquellas que creen lo contrario, deberán retractarse, puesto que sí lo son. Y no solo son románticos, sino que también son los que menos titubean sobre sus sentimientos. Así lo explica la doctora Claudina Padilla de Campos, psiquiatra y psicoterapeuta, para quien –visto desde la neuroquímica- los hombres no dudan de lo que sienten debido a estar influenciados por sus hormonas y aspectos cerebrales.
“El hombre funciona, para empezar, de 10 a 20 veces más testosterona que la mujer y tiene un hipotálamo más grande. Y el hipotálamo va a ser el encargado de controlar emociones”, indica la especialista para dar una respuesta, sin mayor rodeo, a la duda que muchas deben tener en este justo momento.
La doctora, previo a adelantarse en su respuesta, se traslada al pasado para justificar por qué se sigue concibiendo al hombre como un ser poco romántico. Dentro de esa parte evolutiva, era la mujer la que se quedaba en la cueva criando a los hijos. Era atenta con la crianza y, obviamente, con su pareja. Sin embargo, el rol contrario lo ejercía el hombre: debía ir de cacería, protegerse de situaciones externas, estar atento y ser agresivo.
La evolución continuó su curso y luego, en el transcurso de la humanidad, el hombre sigue siendo guerrero y agresivo. Pero, el surgimiento de las letras llevó a que el hombre comenzara a interpretar su romanticismo por escrito.
“Por eso es que las cartas de fulano a mengana, que son extremadamente lindas, porque eran por escrito que expresaban su emoción, su romanticismo. Vamos viendo que en la medida que se unifica la humanidad, que empiezan a tener tareas casi semejantes, el hombre empieza a expresar su romanticismo, pero de manera diferente”, dice.
Aunque al hombre el paso del tiempo lo vuelve expresivo en la parte sexual –daba más besos, abrazos, caricias en la cama-, la doctora reitera que es el hombre quien comienza a enamorarse más rápido.
–¿El hombre se enamora más rápido que una mujer?, pregunto.
“Sí, el hombre, en cierta forma, se enamora del olor, de la vista, del olfato, de lo que siente, de la figura. Lo que a veces sucede en muchos hombres es que tienen miedo de mostrarse débiles o muy enamorados ante la figura femenina. Entonces, ¿qué hacen?: encubren el afecto, pero eso no quiere decir que no sean sentimentales”.
La teoría psiquiátrica se refuerza con un reciente estudio de la Universidad George Mason en Virginia (EEUU) en el que se detectó, luego de haber interrogado a 10,000 personas, que los hombres tienden a enamorarse con más facilidad. Según los datos, publicados en el libro The Normal Bar, un 48% de los hombres se enamoraron «a primera vista», frente a un 28% de mujeres que dijo haberlo hecho.
Si bien el hipotálamo de una mujer es más pequeño, a ellas sí se les permitió socialmente gritar, llorar o decir un “te quiero” con más facilidad.
Aunque pareciera lo contrario, pero es la mujer la que no tan fácil deja soltar sus sentimientos. ¿Por qué pasa esto? Porque para ellas el cortejo se vuelve esencial para estar segura de sus emociones. Son ellas las que esperan muchas muestras de aprecio para decir “él realmente me quiere”.
Por ejemplo, en el escenario de que el chico perdidamente enamorado dice “quieres ser mi novia”, la chica responde: “lo voy a pensar”.
“Eso es frecuente. Y a veces la chica está que le gusta, pero no está segura. Tiene que sentir la seguridad de que realmente es el que quiere. Y él puede estar muy enamorado y a ella ni interesarle. Hasta que ve que el hombre dio como 40 mil vueltas y entonces dice: ‘a pues sí, sí le gusto’”.
La explicación más simple que da la especialista es que “al hombre le cuesta expresarse”, por eso muchas veces lo hace por escrito.
Ahora, volviendo a la pregunta inicial, el hombre puede ser tan romántico como la mujer. Es solo que, aparentemente, hay lenguajes distintos de comunicación. Incluso, los hombres pueden llegar a ser más afectivos y amorosos que una mujer gracias a su tamaño hipotalámico. Mostrar sus sentimientos dependerá de la sociedad en la que se desarrolle.
La pregunta que hay que hacerse hoy es ¿qué es ser romántico? Como Padilla lo reflexiona, quizás esta es la parte más complicada debido a que hay que definir si ese ser romántico radica en ser más expresivo, ser detallista, o llevarle rosas a su pareja.
Así como hay hombres que no son de dar la caja de chocolates en forma de corazón, también hay mujeres que esperan más que eso para detectar que su pareja está interesada en ellas. “¿Quién define que el chocolate, las rosas son precisamente cuestiones que te van a agradar? Te puede agradar más un ‘me estoy acordando de ti’ o ‘te compré aquello que tú tanto necesitas para tu trabajo’”.
Ciertamente, debe haber más de una mujer que se sienta deprimida porque un hombre no está demostrándole que la ama aunque sea con el mínimo detalle. Si más de una lo que quiere es salvar la relación de algún modo y tratar de que esa sensación de inquietud no muera en el estómago, común sentirla cuando la otra persona le «mueve el tapete», ¿qué es lo que debe hacer? La doctora Padilla recomienda que es la comunicación la que debe mejorar.
Las mujeres necesitan decir “a mí me encanta o a mí me gusta”, para que el hombre entienda que eso es lo que ella quiere. El hombre no tiene por qué tener radares, una bola de cristal ni tampoco una computadora que le traduzca todo lo que la mujer no dice.
Además que, tal y como la especialista lo sostiene, el romanticismo debe ser recíproco. Tiene que ir y venir en ambas vías. “Ella tiene que demostrar cómo ser romántica, qué tan atenta, qué tan cariñosa. Pero si solo esperar que yo, como mujer, debo ser atendida es un concepto demasiado feminista”.
Cambiar las actitudes que tanto a uno como al otro no gustan dentro de una pareja se puede lograr, siempre y cuando exista buena comunicación.