El observador desprevenido puede llegar a pensar que un gran jarrón que contiene flores artificiales está hecho a base de cerámica. La pintura roja y dorada solo acrecienta la ilusión. Al acercarse más y tocarlo no es poca la sorpresa al caer en cuenta que ese jarrón solía ser una llanta vieja que ahora tiene nueva vida gracias al ingenio y unas capas de pintura.
Caballos, arañas, motocicletas, helicópteros, tazas gigantes, jarrones, sillas, mesas, aves… la lista puede seguir. A primera vista mucho de lo que se ve no parece ser elaborado con caucho viejo. Atrás quedó la típica llanta antigua suspendida por cuerdas gruesas. Ahora se hace más y la imaginación pone las reglas.
El columpio en forma de caballo que cuelga de una viga es testigo y fiel prueba que lo que unos catalogan como inutilizable para una tarea puede servir, y hacer feliz, como otra cosa.
Cuatro mesas dispersas en el taller son parte de los materiales indispensables que se utilizan en el curso que se imparte a todos los que deseen aprender a transformar llantas usadas en artículos nuevos. Los talleres suelen durar cuatro sesiones sabatinas, brindados durante toda la mañana.
Cualquier persona que tenga el deseo puede aprender, afirma Hugo Hernández, miembro voluntario de Re-Tire, un grupo de empresas importadoras de llantas nuevas y usadas que han adoptado un enfoque ecológico.
El taller que enseña a moldear una llanta
Tan versátil como la plastilina, pero más duradera. Una llanta, cuchillas, pegamento, botes de pintura. Todo descansa sobre las mesas de un pequeño taller que acoge proyectos terminados por los exalumnos del taller. Quienes inventan un proyecto, como parta de sus clases, lo crean y lo dejan, en las instalaciones de Re-Tire, como muestra de su aprendizaje. Decenas de personas han aprendido cómo ser alquimistas del caucho.
Los encargados de transmitir el conocimiento sobre el tratamiento de la llanta son seis personas voluntarias que han aprendido en diversos talleres, viendo videos por internet y leyendo sobre proyectos que se realizan. Lo moldeable que pueden ser las llantas las ha convertido en una materia prima para las personas creativas que buscan reciclar.
Los alumnos del taller suelen ser jóvenes de bachillerato, amas de casas o cualquiera que tenga la curiosidad por aprender y compartir la pasión por el reciclaje.
-Ese caballo que está ahí lo hicieron unos jóvenes – comentó orgulloso Hugo, señalando el caballo café que cuelga de una viga.
– Puede soportar hasta 200 libras y es mejor que un columpio tradicional. El caucho no se calienta tanto como el metal.
Decir que la imaginación fija los límites es una realidad para el caucho viejo. Un helicóptero flota colgado sobre las cabezas de los visitantes al taller y junto a los pies hay una verdadera fauna dispersa por el suelo.
-Nos están copiado – comenta jovial Hugo.
Y es que el hecho de que sean vistas replicas del trabajo realizado por los artesanos, preparados por Re-Tire, no es motivo para que falte el sueño. Todo lo contrario, que los modelos inspiren a otros es una razón para enorgullecerse del trabajo que realizan.
-Eso significa que la idea está cobrando fuerza – aseguró Hugo.
Los objetivos finales del proyecto, que son la promoción de la cultura de la reutilización, se cumplen gracias a la aceptación de la sociedad al comprar (y copiar) los productos. Unas creaciones versátiles y atractivas para cualquiera que guste de la diversión.
Hernández asegura que tienen un proyecto ambicioso en mente: un parque temático a base de llantas. Sin duda varios caballos estarán presentes y un par de gusanos de llanta que sonríen desde el suelo.
Incluso, aseguró Hugo, planean tener toboganes hechos a base de llanta, por supuesto. El proyecto es ambicioso, solo necesitan tiempo y donaciones. El concepto, diversión y ecología, es una fórmula ganadora.
Las llantas viejas seguirán teniendo vida mientras manos talentosas puedan moldearlas y hacerlas renacer en nuevos productos.