Etimológicamente, esta palabra no tiene relación directa con el latín, griego u alguna otra lengua antigua.
Algunos especulan que «OK» deriva de la expresión escocesa «och aye», de la griega «ola kala» (está bien) o de la francesa «aux Cayes», que refiere a un puerto haitiano famoso por su ron.
En su sitio web, el diccionario de Oxford rechaza estas especulaciones y más bien se inclina a la teoría de que se trata de una abreviación de «orl korrekt», derivado de «all correct» (todo correcto), una expresión usada en la década de 1830, cuando las faltas de ortografía jocosas estaban de moda.
Allen Walker Read, profesor de la Universidad de Columbia, fue quien encontró el registro más antiguo de la palabra «OK», en un artículo de prensa referido a un grupo fundado en 1838 para oponerse a una ley municipal en Boston (Massachusetts, noreste) que prohibía que sonaran campanas para la cena.
Por esa época habían proliferado otras abreviaciones, por ejemplo NG para «no go» (no ir), GT para «gone to Texas (ido a Texas) y SP para «small potatoes» (papas pequeñas).
En Nueva York, el tutor inglés retirado Henry Nass ha estado entregando tarjetas a quienes pasean por las calles de Manhattan invitándolos a celebrar el «Día global del OK».
«Algunas personas dicen OK demasiado. No puedo decir que alguien lo use demasiado poco», dijo Nass, quien está diseñando sellos postales estadounidenses en honor a la palabra.