Ivania Rosales es una diseñadora gráfica que está segura de la frase “en las crisis surgen las mejores ideas”. La creativa potenció su propia microempresa a la que bautizó como Motita, después de grandes cambios que la vida le dio. Gracias a la creatividad de su hija y el apoyo de su esposo hoy en día empuja su microempresa.
Motita tomó fuerza luego de que Ivania se quedara sin trabajo. Para la diseñadora los primeros días fueron difíciles porque dejaba de percibir importantes ingresos.
No obstante, dedicó más tiempo a su propia empresa y a explotar aún más su creatividad y es así que diversifica el negocio y su microempresa empieza a introducirse en el área de la cocina. Comienza a diseñar sus propias recetas en pastelería: cupcakes temáticos, bombones y también incursiona en la decoración de fiestas, dos rubros más que se suman a su negocio familiar.
Para Ivania, Motita Factory es una empresa de diseño y servicios de productos conceptuales, desde camisas estampadas hasta organización de todo tipo eventos
“La historia de Motita se remonta desde que mi hija nació. Ella fue mi inspiración, mis primeros diseños fueron exclusivos para ella (la modelo de estas creaciones) y desde entonces la gente me preguntaba, adonde los había comprado y fue así como surgió la idea de crear productos para comercializarlos. Empecé creando diademas hasta camisas hechas a mano, luego fui diversificando y mejorando cada uno de los diseños”, recuerda.
El nombre de esta microempresa surge del sobrenombre que adoptó su hija en la guardedería, en referencia a su cabello rizado enmarañado.
Pero su hija, no solo inspira las creaciones de Ivania, sino que también cobra un importante papel dentro del negocio, ya que también hace su aporte creativo. Lo más importante es crear personajes reales y originales, y es ahí donde su hija también da su aporte. La pequeña crea sus propios monstruos para decorar camisas y accesorios como cojines, llaveros, entre otros.
Para Ivania las ideas de todos los productos que se crean en Motita parten de los gustos de la pequeña, los prototipos de sus dibujos son utilizados para sacar las ideas de monstruos que se incorporan en cada diseño que crea esta microempresa.
“A muchos niños les encantan. creamos camisas cosidas a mano con fieltro, monstruos lindos con personalidades únicas, estampamos camisas, ilustración de personajes, muñecos en fieltro, cojines personalizados con la temática que mas prefieran, tazas, decoración de fiestas, cupcakes de toda ocasión y lo que se le ocurra al cliente lo bueno de nosotros es que hacemos lo que en verdad necesitan», agregó.
Esta creativa ha realizado diseño editorial, diseño de revistas y libros, pero de la noche a la mañana, empieza a utilizar su talento en la decoración de diferentes productos, incluso la conceptualización de fiestas.
“También soy ama de casa, madre y esposa y mientras estoy cocinando o haciendo algo más estoy pensando que cosas nuevas hacer”, explica.
Ivania recuerda que todo lo que ha involucrado su carrera la ha adaptado en sus propios productos.
“Entonces las personas quieren que sus eventos sean especiales y que sean recordados por eso es que nosotros nos encargamos de mostrar desde lo más pequeño como la base de papel de cupcakes o el postre que se reparta en las fiestas, así como tarjetas, decoración. Todo lleva una línea gráfica, si el cliente lo desea así, nosotros nos enfocamos en la necesidad del cliente y sus gustos, también los asesoramos de lo que más le conviene», contó.
Motita es una empresa familiar donde se involucra desde los más pequeños hasta las cabezas del hogar, por ese detalle es que se consolidan como una empresa familiar de personas creativas y emprendedoras.
“Con mi esposo nos dividimos los roles. Él hace la parte digital de ilustración y de conceptualización, cuando (él) no puede, por su trabajo, yo lo hago, pero él es un gran apoyo para el negocio, me da sus consejos como diseñador. Nos complementamos bastante bien en esta profesión. Por mi parte trabajo la parte manual y de cocina y quién nos aporta bastantes ideas es mi hija de 6 años. A ella le gusta ilustrar y es de ahí donde le damos forma a los monstruos que ella aporta. Ella les pone nombres, también es la modelo de Motita Factory, los tres somos el equipo Motita», manifestó.
Para Ivania sus productos nacen de un concepto o de una necesidad de crear algún tipo de diseño original, no son copias de ningún otro.
“Mucha gente nos busca porque somos personas abiertas y hacemos todo lo posible por dar en ese clic con los clientes. Tratamos de hacerlos sentir como nuestros amigos y así tengan la confianza de decirnos lo que opinan siempre con el respeto que todos se merecen. Nosotros como equipo siempre estamos felices de atender a nuestros clientes superbien» explicó.
Rosales es un ejemplo de que con empeño todo se puede. “Todo cuesta pero para todo hay un sacrificio. Siempre me lo decía mi madre y para hacer arte siempre solo dejen volar la imaginación y verán los resultados siempre me da felicidad cuando ando caminando en la calle y veo un producto de Motita en un cliente me lleno de orgullo mas cuando los llevan fuera del país me encanta lo hago y no cambiaría mi vida por nada”, puntualizó.