El Salvador
sábado 11 de enero de 2025

Ganadores del Nobel de Medicina, tres apasionados por su trabajo

por Redacción

El neurólogo de origen alemán Thomas Südhof estaba en el sur de España el lunes cuando recibió la noticia de que había ganado el Premio Nobel 2013 de Medicina junto con sus colegas estadounidenses Randy Schekman y James Rothman.

«¿Me está hablando en serio? Oh, Dios mío», dijo Südhof con voz temblorosa cuando un portavoz del Comité Nobel en Estocolmo lo llamó a su teléfono celular. «Lo siento. Esto es un poco inesperado».

Los tres científicos fueron galardonados por su investigación sobre transportes intracelulares, un proceso que contribuye al funcionamiento normal del organismo, pero que también está en el origen de las enfermedades neurológicas, la diabetes y los trastornos del sistema inmune.

«Rothman, Schekman y Südhof establecieron el mecanismo sofisticado que permite el transporte y la liberación de las moléculas en las células», destacó el Comité Nobel.

El trabajo de Südhof se centra en cómo se forman las sinapsis en el cerebro y cómo se envían los mensajes, con el fin de desentrañar los misterios de la enfermedad de Alzheimer y el autismo.

Conocido por su alta productividad, Südhof, nacido hace 57 años en Göttingen pero naturalizado estadounidense, se destaca por su ética de trabajo, según sus colegas.

«Mi esposa cree que estoy loco», le dijo al portavoz del Comité Nobel. «Me siento increíblemente motivado», reconoció este investigador de la Universidad de Stanford en California.

«Todo el mundo me dijo que era una locura»

Su colega James Rothman, de 63 años, se enteró de que le habían concedido el Nobel por una llamada telefónica a las 04H30 de la madrugada.

«Me despertó y me hizo sentir bastante bien», dijo el científico de la Universidad de Yale en una conferencia de prensa que tuvo lugar entre las dos clases que debía dar en la tarde.

En la década de 1980, centrándose en los mamíferos, estableció con Schekman el mapa de «componentes críticos de la maquinaria de transporte de la célula».

«Todo el mundo me dijo que era una locura tratar de reproducir las cosas misteriosas y complejas que se producen en una célula», dijo en una entrevista publicada en el sitio web de la Fundación Nobel.

Rothman elogió a sus colegas, con quienes ha trabajado en estrecha colaboración, y describió sus investigaciones como «complementarias, y a veces competitivas».

Schekman y Rothman compartieron el Premio Lasker a la investigación médica básica en 2002, considerado como uno de los más prestigiosos de la ciencia, considerado el Nobel de Estados Unidos. Südhof también ganó el Premio Lasker en 2013.

El científico rechazado en sus comienzos 

Randy Schekman, de 64 años y profesor de la Universidad de California, Berkeley, es el pionero de los tres. Inició su investigación en los años 1970, cuando comenzó a estudiar la base genética de la célula utilizando como modelo la levadura.

Al investigador, «los logros no le son ajenos», dijo un portavoz de la universidad al presentarlo en una conferencia de prensa.

Schekman recordó sus orígenes de clase media y las dificultades iniciales de su trabajo, como los rechazos a becas de investigación en los albores de su carrera.

Contó que incluso llegaron a decirle «ahora puedes publicar esa basura tuya» en una revista llamada Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS, por su sigla en inglés), de la que más tarde se convirtió en editor en jefe.

El científico atribuyó su éxito a sus maestros y a la actual enseñanza que imparte a estudiantes de grado.

«Me ayuda a ser capaz de explicarme ante audiencias que no saben acerca de mi trabajo», dijo.

Los tres investigadores se repartirán los 8 millones de coronas suecas del premio (unos 1,2 millones de dólares).

Nobel de Medicina.

Nobel de Medicina.