En febrero de 2016, Angelina Jolie y Brad Pitt visitaron a un monje tailandés en su vivienda de Siem Reap, Camboya. Ahí, el hombre realizó un enorme tatuaje en la espalda de la actriz que recién salen a la luz.
Fueron tres los tatuajes hechos por Ajarn Noo Kanpai. En ellos pueden verse inscripciones, patrones geométricos y figuras animales. El método utilizado por el tailandés radicado en esa ciudad milenaria fue antiquísimo: utilizó barras de acero con agujas quirúrgicas, muy lejano a los instrumentos que utilizan hoy los tatuadores profesionales.
Aún juntos y en apariencia felices, Pitt también fue tatuado por Kanpai. El dibujo de un símbolo budista en la parte izquierda de su estómago fue el diseño elegido. Según los conocedores, todos los tatuajes hechos a Angelina representan la unión entre ambos. Una ironía que duraría hasta septiembre de ese mismo año, momento en que la separación se concretó.
No es la primera vez que Kanpai inscribe su arte en la piel de Jolie. Ya lo hizo en 2003 y 2004. Los diseños de este tatuador cuestan miles de dólares, presupuesto que no es un problema para los millonarios artistas. Sus creaciones -aseguran quienes lo frecuentan- sirven para proteger.