Se hace imposible imaginar cómo sería actualmente la vida artística de Elvis Aron Presley quien figuró en medio de la polémica, la fama y también las drogas, mientras que otras carreras se han mantenido activas a esa edad, como las de Leonard Cohen y Chuck Berry; y Bob Dylan y Paul McCartney.
El Rey del Rock murió no demasiado joven, su vida y obra han sido analizadas hasta los mínimos detalles. Sin embargo, para el gran público existen detalles que quedan ocultos tras sus aparatosas capas, su tupé, sus movimientos de pelvis… y sus privilegiadas cuerdas vocales.
Presley nació en una familia humilde, pero creció y murió bajo el fulgor rutilante de una de las mayores celebridades del siglo XX. Vio la luz justo hace 80 años, el 8 de enero de 1935, en el seno de una casa abatida por las carencias económicas y los problemas domésticos, en Tupelo, Mississippi. De hecho, sus padres, Vernon y Gladys, registraban trabajos esporádicos en la conducción de camiones y la costurera.
Casi como una huella de lo que sería su leyenda y el puñado de misterios que merodearon toda su vida, hasta su llegada al mundo guardó un hito particular: el cantante tuvo un hermano gemelo, pero que nació muerto. De hecho, Presley apareció 30 minutos después, bajo una energía que su madre -con el tiempo y a la luz del fenómeno cultural encabezado por su retoño- siempre calificó de “impresionante”.
Ese mismo vigor se mantiene hasta hoy, ocho décadas después de ese momento: junto a Michael Jackson, el hombre de “Suspicious Minds” es la figura fallecida que genera más ganancias.
Como parte de ese estatus, una serie de celebraciones rememorarán su natalicio. Por ejemplo, el sitio www.graceland.com ofrece cada 8 de enero una serie de tours que contemplan la visita a lugares que marcaron la vida del artista, tales como Tupelo, Memphis (donde saltó al estrellato) y, por supuesto, su mansión de Graceland, además de incluir shows con bandas tributo y meet and greet con quienes lo conocieron.
En Australia, los miles de fans organizan distintas actividades conmemorativas a cargo de Paul Fenech, imitador del intérprete y quien posee uno de los tributos más reputados en el planeta.
Por su parte, su ex mujer, Priscilla Presley, es la anfitriona de aquellos fans que por su propia cuenta llegan a las afueras de la residencia a escuchar su música, repasar sus películas o bailar al ritmo de los sencillos inmortales del Rey.
Su muerte
El pasado 16 de agosto de 1977 Elvis continuaba una rutina: ingería tres combinados de medicamentos cada noche, su últimos días con vida presentaron complicaciones para conciliar el sueño. Compartía su cama, de Graceland, con Ginger Alden, su última novia. Esa última noche no quiso molestarla. Se fue al lavabo para leer “La búsqueda científica de la cara de Jesucristo”, un tomo de Frank O. Adams sobre la sábana de Turín.
Horas después Ginger despierta, se inquieta, entra en el cuarto de baño y Elvis yace en el suelo. Ya está frío, y los esfuerzos para reanimarle resultan inútiles. Caso raro entre los titanes del rock: muere con un libro en las manos.
Presley vivió sus 22 años de estrellato en una discreta oscuridad. Fue un artista que se manifiestó mediante discos, películas y —de forma regular, a partir de 1969— actuaciones. Pero, esencialmente, se desconocía lo que pensaba ni como vivia. No concedía entrevistas confesionales como las de John Lennon para la revista Rolling Stone. No se manifiesta explícitamente sobre los conflictos que desgarran a su país.
La muerte de Elvis alcanzó dimensiones de tragedia global. Anterior a este suceso, los decesos de famosos de la farándula se quedaban en las secciones de sucesos, obituarios o espectáculos: con Elvis, saltaron a la primera página de los periódicos, a la cabecera de los telediarios y generó un modelo de respuesta para el asesinato, John Lennon en 1980, aunque ambos se detestaban.
Admiradores y detractores, todos han crecido a la sombra de Elvis, discutiendo sobre el hombre y sus misterios. De alguna manera, coinciden en que se trató de una noticia que superó lo musical: consciente o inconscientemente, Presley ha transformó el panorama cultural, racial y moral de Estados Unidos.
Compartimos parte de sus exitosos videos:
“Jailhouse Rock”:
“Its Now or Never”: