El féretro con los restos de la reina Isabel II, fallecida con 96 años, partió este martes desde el aeropuerto de Edimburgo, en Escocia, hacia Londres, donde mañana se instalará una capilla ardiente en el palacio de Westminster.
El ataúd salió esta tarde en una procesión fúnebre de la catedral de St Giles, donde más de 26.000 personas han presentado sus respetos a la monarca desde el lunes, para ser transportado en un avión militar, acompañado por su hija la princesa Ana, a la base aérea de Northolt, al oeste de Londres, donde aterrizará en torno a las 19.00 hora local (18.00 GMT).
Los restos de Isabel II reposarán esta noche en una sala del palacio de Buckingham, donde miembros de la familia real y empleados de la Corona podrán darle su último adiós antes de la procesión del miércoles que la llevará a las Casas del Parlamento.
Entre mañana y el próximo lunes, cuando se cerrará la capilla ardiente y se oficiará el funeral de Estado, se espera que unas 400.000 personas presenten sus respetos a la que ha sido soberana del Reino Unido las últimas siete décadas.
La cola para acceder al palacio de Westminster, que estará abierto al público día y noche, alcanzará previsiblemente varios kilómetros en la ribera sur del río Támesis a su paso por el centro de la capital británica.
El rey Carlos III y Camila, reina consorte, viajaron este martes a Irlanda del Norte, tras haber estado ayer en Escocia, donde la soberana murió el pasado jueves.
Durante esa visita, el nuevo rey recibió un mensaje de condolencia del presidente de la Asamblea autónoma norirlandesa, Alex Maskey, dirigente del Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo IRA.