Una samba contagiosa, creativos disfraces e impresionantes carros alegóricos: los majestuosos desfiles del carnaval de Rio, el más popular del mundo, son un gran espectáculo, pero también una estricta competencia en la que cada décima vale si se quiere ser campeón.
En las tribunas todo es alegría, pero a lo largo del recorrido en «la avenida» Sapucaí que atraviesa el sambódromo la mirada inquisidora de 40 jurados va buscando con microscopio cualquier error en el desfile de las mejores 12 escuelas de samba de la ciudad.
¿Qué está en juego?
Las escuelas trabajan todo el año para montar un desfile que puede durar como máximo 82 minutos. Está en juego no sólo el cotizado título de «campeón del carnaval», sino también la permanencia en el «Grupo Especial», que es como la primera división de la competencia. La escuela que quede en último lugar cae al «Grupo A» o grupo de ascenso, que es como la segunda división.
¿Cuántas escuelas participan?
Este año desfilan 12 escuelas en el «Grupo Especial»: seis el domingo y seis el lunes. El espectáculo arranca a las nueve de la noche y se puede extender hasta pasadas las cinco de la mañana. El sambódromo es colmado por más de 70.000 personas cada día y la fiesta se transmite en todo el mundo por televisión.
¿Cuánto cuesta un desfile y un disfraz?
Un desfile puede costar entre dos y cinco millones de dólares, tradicionalmente financiados por el juego ilegal, aunque ahora también por empresas brasileñas y extranjeras. Los lujosos trajes usados por algunos de los participantes en los carros alegóricos pueden pesar más de 40 kilos y costar unos 35.000 dólares en materiales, sin contar mano de obra. Confeccionarlos lleva hasta ocho meses de trabajo.
Un brasileño con muy bajos ingresos puede conseguir una entrada popular a unos 15 dólares, pero las mejores pueden llegar a valer hasta 900 dólares.
La nota máxima para una escuela de samba es 10… ¿y la mínima?
Es nueve puntos, según el manual del jurado de la Liga Independiente de Escuelas de Samba (LIESA), responsable de la competencia. De allí que cada décima cuente. Los 40 jueces, divididos en cuatro módulos a lo largo del sambódromo, evalúan el desempeño de cada una de las escuelas que desfila en el Grupo Especial. Las notas son divulgadas el miércoles siguiente a los desfiles. Miles de «hinchas» de las escuelas se concentran en sus respectivas sedes esperando conocer el campeón. Y el ganador lanza una gran fiesta que se extiende hasta el amanecer.
¿Qué se evalúa?
Son evaluados 10 aspectos, para los que se asigna un jurado en cada uno de los cuatro módulos del Sambódromo.
Se evalúa la batería y su contagiosa combinación de sonidos de percusión y otros instrumentos típicos del carnaval, como la cuica y el agogó; y también la samba compuesta para contar el «enredo», el tema desarrollado por cada escuela.
Igualmente se toma en consideración la armonía con la que todos los integrantes del desfile interpretan la samba a una sola voz.
El ritmo y fluidez con el que discurre el desfile por los 720 metros del Sambódromo, la emoción y coordinación de los participantes, también valen puntos. Un atraso en el recorrido o un hueco en el mar de participantes pueden costar el título. De la misma manera, se evalúan también los gigantescos carros alegóricos y los disfraces de los participantes.
La «Comisión de Frente», que presenta la escuela al público, tiene una evaluación aparte, al igual que la portabandera y el maestro-sala, que la debe proteger y cortejar. Este último representa uno de los puntos más difíciles e importantes de la evaluación, porque se trata del desempeño de dos personas entre las miles que componen el desfile.
¿Quién ganó el año pasado?
En 2014 ganó Unidos da Tijuca, que dedicó su desfile al tricampeón de Fórmula 1 Ayrton Sena, en un desfile lleno de referencias a la velocidad.
La campeona obtuvo 299,4 puntos, apenas 0,1 más que la tradicional Salgueiro (299,3), que quedó segunda. Portela quedó tercera con 299 puntos.
Las seis escuelas mejor evaluadas desfilan nuevamente el sábado siguiente al carnaval en el llamado «Desfiles de las campeonas».