El Salvador
sábado 16 de noviembre de 2024

Confidencias de una anoréxica: «Antes muerta que ser gorda»

por Redacción


La mayor preocupación de Diana era que jamás asistió a una academia de modelaje. Hasta el momento, todo lo que sabe lo aprendió viendo videos en YouTube. "Yo veo tutoriales en línea de cómo cuidar la postura al caminar y de gesticular", dice.

Diana Rivas es una joven de 23 años. Su belleza natural ha contribuido a ser tomada en cuenta para desfilar en pasarelas e, incluso, para realizar comerciales publicitarios. Más allá de una cara bonita y un cuerpo delgado, ha sido expuesta a humillaciones públicas sobre su peso, lastimando su autoestima al punto de llevarla a padecer anorexia y bulimia para continuar en el mundo de la moda.

Diana Rivas, un nombre ficticio para proteger su identidad, cuenta que desde que tenía 12 comenzó a anhelar ser modelo. «Solía soñar despierta y me imaginaba desfilando en una pasarela», recuerda con nostalgia. Sus familiares y amigos siempre le hacían comentarios positivos respecto a su belleza. Diana es de piel blanca, cabello ondulado y negro que cuelga hasta el nivel de su cintura. Tiene una estatura de 1.73 metros y pesa 110 libras.

Pero no siempre tuvo ese peso. De hecho, antes de convertirse en modelo pesaba 145 libras. Tomó la decisión de adelgazar en el 2012 y, desde entonces, ha realizado todo tipo de dietas y largas rutinas de ejercicio en el gimnasio para lograrlo. Su alimentación se basa en uno o dos tiempos de comida máximo. Evita los carbohidratos, grasas y golosinas. Su desayuno, por lo general, es un batido hecho con una fruta fresca (fresas, sandía, manzana, pera, etc.), un vaso con agua y un sobrecito de azúcar dietética.

Siempre consume un plato mediano de verduras al vapor o ensalada. No come carné de ningún tipo de animal ni consume productos lácteos. Tampoco cena. Diana está consciente que se está haciendo daño, pero su obsesión por adelgazar es mayor a su razonamiento. «Antes muerta que ser gorda», asegura.

Su miedo a engordar comenzó a los 19 años, cuando decidió asistir por primera vez a un casting en donde se estaban escogiendo jovencitas entre 18 a 25 años para que lucieran zapatos de una marca reconocida en El Salvador. Diana se sintió nerviosa porque no tenía conocimiento de cómo debía moverse al caminar.

La humillación de Diana

La mayor preocupación de Diana era que jamás asistió a una academia de modelaje. Hasta el momento, todo lo que sabe lo aprendió viendo videos en YouTube. «Yo veo tutoriales en línea de cómo cuidar la postura al caminar y de gesticular. Incluso, busco de peinado, moda y maquillaje. Veo videos del programa E on line latino y de las pasarelas de Cosmopolitan, en donde salen pasarelas de moda. También me gusta observar programas televisivos como America´s Next Top Model, Victoria´s Secret Fashion Show», afirma la joven.

Pero la inexperiencia no era de lo único que debía preocuparse. Cada vez que pasaba una jovencita a audicionar, algunos jueces les decían que estaban gordas. Lo expresaban con voz fuerte, humillando a las chicas en frente de los camarógrafos, diseñadores, representantes de la marca y, por supuesto, de más de 50 señoritas que estaban audicionando.

Algunas se reían de los comentarios negativos que les hacían a sus compañeras como si eso les diera una oportunidad extra de ser seleccionadas. «Estás demasiado gorda. Tenés que rebajar, sino mi producto no se podrá lucir con un cuerpo tan gordo como el tuyo», les decían los auditores.

Diana pensó que las jóvenes que habían sido calificadas de gordas, en realidad, no lo eran. Algunas hasta se les marcaban las costillas e incluso daban la impresión de ser delgadas de una forma poco saludable, probablemente, a causa de realizar dietas para perder peso o de no comer nada durante todo el día. «Durante las audiciones, los evaluadores nos hacen sentir mal con sus críticas, porque es duro escuchar que te digan que estás gorda y que por eso no te van a elegir como modelo», expresa.

Cuando Diana pasó al frente de los jueces, tuvo miedo de las críticas. Caminó en línea recta por la pasarela improvisada que tenían en el casting. Los jueces notaron su inexperiencia, pero lo que más le criticaron fueron sus piernas, porque eran más rellenas de lo permitido. «Debes de hacer ejercicio para que no se te vean flácidas y gordas, niña», manifestó uno de los miembros del jurado.

«Se me llenaron los ojos de lágrimas. Lo único que quería hacer era salir corriendo del lugar. Esa fue una gran humillación para mí y no pude defenderme, porque consideré que podía ser peor», asevera Diana.

Por supuesto, no calificó para pertenecer a las modelos oficiales que iban a llevar a cabo la pasarela de zapatos. Pero eso no fue su frustración, sino las palabras despectivas que le habían expresado. Su percepción de sí misma ya no era la misma que cuando realizó esa audición. Al llegar a su casa, no cenó por primera vez. Fue cuando comenzó a dejar de comer. Después empezó a reducir la cantidad de calorías que consumía al día. Llegó a ingerir menos de 900.

Ricardo Corrales, médico general, dijo que no está de acuerdo con lo que realiza Diana para bajar de peso. Manifestó que para llevar a cabo una buena alimentación balanceada es necesario consumir 2 mil calorías durante el día. Además, la persona debe realizar, al menos, 30 minutos de actividad física diariamente para mantenerse saludable. También señaló que quienes consumen menos están poniendo en riesgo su salud, debido a que el organismo no recibe los suficientes nutrientes para poder funcionar de una forma adecuada.

«La gente cree que con consumir menos calorías o no comer un tiempo al día no están perjudicando su salud. Al contrario, la descompensación puede generar graves padecimientos como anemia, gastritis, úlceras estomacales e, incluso, paros cardíacos. El cuerpo humano necesita de la comida como combustible para que cada órgano pueda realizar su función correctamente. Por eso, es necesario que la gente que desee perder peso lo haga con indicación de un nutricionista, quien adecuará una dieta para adelgazar saludablemente», indicó Corrales.

Pero Diana no ignora que podría morir a causa de su anorexia. Algunas veces, cuando el hambre es insoportable y no lo puede controlar, come con frenesí. «En ocasiones compro una pizza gigante de 12 porciones y la como por completo. Luego me siento culpable y arrepentida por haber comido tanta grasa. En ese momento, me provoco el vomito al introducir un dedo por mi boca. Sé que no está bien lo que hago, pero no puedo evitarlo. Es la única manera que me ha funcionado para perder peso», aseguró.

Según Diana, el haber perdido 35 libras le ha abierto puertas en el modelaje. Ahora no recibe malos comentarios sobre sus piernas gordas, porque las ha adelgazado. Sin embargo, siempre sigue observando a nuevas jóvenes que son denigradas en las audiciones. A potenciales anoréxicas que también se adueñarán de la idea que es mejor morir que ser obesa. Por el momento, solo espera no volver a escuchar la frase «estás gorda» y continuar sufriendo hambre como su infalible método de permanecer esbelta.

La anorexia y la bulimia

BULIMIA

Foto tema.

 

Según Gisselle de Santana, nutricionista del Hospital 1° de Mayo, la anorexia y la bulimia son desórdenes alimenticios que pueden originar la muerte de quienes las padecen. «Ninguna persona puede vivir sin comer o provocándose el vomito «, declaró.

Santana definió la anorexia como un padecimiento psicológico en el que una persona deja voluntariamente de comer por miedo a engordar. Al principio, no comen proteínas ni azúcares. Después evitan toda clase de comida, porque creen que van a rebajar más rápido. La bulimia es producirse el vomito, a través de introducir un dedo en la boca. Por lo general, la persona lo realiza luego de haber comido.

Waldemar Segovía, psicólogo con experiencia en tratar a pacientes anoréxicos y bulímicos, afirmó que las mujeres son quienes más padecen trastornos alimenticios en comparación a los hombres. «La vanidad las influye para que tomen decisiones extremas con tal de perder peso. La son influenciadas con las imágenes de modelos que transmiten los medios de comunicación, creando un ideal de belleza que deben alcanzar», afirmó.

Segovía manifestó que la anorexia y la bulimia son tratables solo si la persona se convence que necesita ayuda. De lo contrario, es imposible convencer a alguien de que tiene un problema alimenticio y que requiere un tratamiento para superarlo.

Expresó que la familia y los amigos son el principal apoyo para quienes desean recuperarse.