Britney Spears anunció este lunes en su perfil de Instagram que está embarazada de su tercer hijo.
«Pues me hice un test de embarazo y bueno… voy a tener un bebé», dijo la cantante en una larga publicación tras comentar que había ganado peso en los últimos días y eso le animó a hacerse la prueba.
Los seguidores de la artista, que no dudaron en felicitar a Spears por la noticia, se mostraron confusos en un principio ya que ella se refirió a «un empacho» que, aparentemente, luego se confirmó que era un embarazo.
«Perdí mucho peso solo para ganarlo, así que pensé: ‘¿Qué le ha pasado a mi estómago?’ y mi marido me dijo ‘Estás empachada (food pregnant)», contó la cantante de «Baby One More Time».
Spears también adelantó que saldrá menos a la calle para evitar las fotografías de los paparazzi y confesó que en sus dos anteriores embarazos sufrió depresión perinatal.
«Las mujeres no hablaban de eso entonces. Algunas personas consideraban peligroso si una mujer se quejaba así con un bebé dentro de ella, pero ahora las mujeres hablan de eso todos los días. Gracias a Jesús que no tenemos que mantener ese dolor en secreto reservado», añadió.
Spears tiene dos hijos, de 15 y 16 años, fruto de su anterior matrimonio con Kevin Federline.
La noticia es simbólica ya que el año pasado, cuando Spears suplicó a la Justicia de California el fin de su tutela legal, denunció que, aunque le gustaría tener un bebé, su tutor, en ese entonces su padre, no le dejaba ir al médico para quitarse el DIU (dispositivo intrauterino) que tenía insertado en contra de su voluntad.
A finales del año pasado se puso fin al mecanismo por el que el padre de la cantante llevó las riendas de sus finanzas y vida personal durante casi 14 años, una situación legal tan controvertida que derivó en escándalo internacional gracias a la insistencia de los fans de Spears.
La artista, que ha vendido más de 100 millones de discos, ha recuperado su autonomía y pronto podrá hacer uso de su patrimonio de 60 millones de dólares, una situación radicalmente diferente a la de hace unos meses, cuando tenía que pedir permiso para salir de casa y gastar un dólar.
En su horizonte inmediato destaca su compromiso con Sam Asghari, un bailarín al que conoció en 2016 durante el rodaje del videoclip «Slumber Party», aunque ya se refiere a él como marido.
La pareja anunció el enlace a través de Instagram, plataforma que se ha convertido en la única vía de contacto entre la cantante y su público.