Tal parece que el tema sobre la Inteligencia Artificial se ha puesto más en boga en la última década; sin embargo, esta definición ha estado presente desde finales del siglo XIX.
Fue en 1854 cuando el matemático británico George Boole sostuvo por primera vez en la historia que el razonamiento lógico podría sistematizarse de la misma manera que se resuelve un sistema de ecuaciones.
Gracias a Boole, en la actualidad podemos realizar búsquedas en Google, divertirnos con videojuegos y programar computadores. Y es que fue el matemático británico quien creó una estructura algebraica que esquematiza las operaciones lógicas.
“Se puede decir que los ladrillos con los que se construye la programación, que son los comandos o instrucciones que se le da a un sistema informático, están todos basados en la lógica de Boole”, describió la BBC en una entrega especial que realizó en su página web con respecto a George Boole.
Pero fue hasta 1956 que nació el término Inteligencia Artificial, gracias al informático John McCarthy quien se encargó de acuñar por primera vez la palabra durante la conferencia de Darmouth de 1956, considerada el germen de la disciplina.
Durante esta emblemática conferencia, McCarthy planteó que era posible crear máquinas inteligentes y expuso uno de los objetivos que lo perseguirían toda su carrera:
“Este estudio procederá sobre la base de que todos los aspectos del aprendizaje o de rasgo de la inteligencia pueden, en principio, ser descritos de una forma tan precisa que se puede crear una máquina que los simule”, dijo el científico durante su participación.
¿Qué es la Inteligencia Artificial?
Google Cloud la define como un campo de la ciencia relacionado con la creación de computadoras y máquinas que pueden razonar, aprender y actuar de una manera que normalmente requeriría inteligencia humana o que involucre datos cuya escala exceda lo que los humanos pueden analizar.
En la actualidad la IA abarca muchas disciplinas como la informática, el análisis de datos y las estadísticas, la ingeniería de hardware y software, la lingüística, la neurociencia y a llegado hasta la filosofía y la psicología.
Por su parte, la Inteligencia Artificial es usada en el área empresarial como un conjunto de tecnologías que se basan principalmente en el aprendizaje automático y el aprendizaje profundo, que se usan para el análisis de datos, la generación de predicciones y previsiones, la categorización de objetos, el procesamiento de lenguaje natural, las recomendaciones, la recuperación inteligente de datos y mucho más.
Aumento de la productividad empresarial
Según el sitio web aggity, hay estudios que estiman que para el año 2035 las empresas que incorporen la Inteligencia Artificial (IA) en su modelo de negocio podrían aumentar sus beneficios en un 38%.
“Es una realidad que la Inteligencia Artificial es una tecnología cada vez más integrada en nuestro día a día. Sin embargo, las empresas no deben dejar esta opción de lado de cara a automatizar sus procesos internos y mejorar su toma de decisiones y estrategias”, dice.
Por ejemplo, las empresas utilizan chatbots con distintas aplicaciones, como el servicio al cliente. Un servicio de inteligencia artificial podría ser usado para responder a preguntas simples y permite que los agentes humanos se centren en los problemas más relevantes.
De igual manera, en el área de ventas, los aspectos más importantes son conocer los precios, las existencias y la presencia de productos. No solo de los productos de una marca, sino también de sus competidores.
Los departamentos jurídicos de las empresas, asimismo, necesitan asegurarse de que sus productos se están vendiendo legítimamente. Las empresas deben identificar a los revendedores no autorizados, controlar las descripciones e imágenes que no cumplan con los requisitos establecidos.
En consecuencia, es importante utilizare para detectar este tipo de infracciones lo más rápido posible y documentarlos mediante capturas de pantalla.
La IA tiene un sinnúmero de áreas donde se puede aplicar. Otro ejemplo es la automatización rápida de los procesos cognitivos rutinarios y mecánicos para dejar más tiempo a la innovación. “El uso de algoritmos inteligentes ya puede automatizar el proceso de recopilación de datos de varios Currículums. De esta manera, “podemos realizar un análisis gracias a la Inteligencia Artificial en los departamentos de Recursos Humanos”, de acuerdo con la citada publicación.
En consecuencia, la IA puede impactar de manera significativa la productividad de la fuerza laboral en diferentes ámbitos tales como operaciones, planificación y gestión. Y ya se ha convertido en una herramienta esencial para las empresas que buscan mantenerse a la vanguardia en un mundo competitivo, según una publicación de SCM Latam.
En las operaciones diarias, la Inteligencia Artificial podría optimizar, agilizar y automatizar diversas tareas. De esa manera permitiría liberar a los empleados de algunas tareas que son más repetitivas y darles la oportunidad de enfocarse en las que son más estratégicas o que requieren mayor creatividad, sostiene.