Las tortugas gigantes han vuelto a anidar en la isla Pinzón, en el corazón del archipiélago de las Islas Galápagos (Ecuador), gracias a los efectos de un proceso de eliminación de roedores introducidos y de restauración ecológica emprendido hace una década.
Así lo informó este miércoles el Parque Nacional Galápagos (PNG) en un informe sobre los efectos positivos que se han obtenido tras el proceso de desratización de dos islas del archipiélago (Pinzón y Rábida) que emprendió esa institución hace diez años.
«En Pinzón las tortugas gigantes volvieron a anidar después de más de 150 años y la población se reproduce de forma natural sin intervención humana», aseguró Danny Rueda, director del PNG.
«Las medidas de manejo implementadas en estas islas durante la última década han sido eficaces y hoy podemos ver los resultados al recuperar zonas que estuvieron alteradas y han vuelto a ser el hábitat de especies endémicas de gran importancia para el ecosistema», remarcó Rueda.
Un equipo técnico integrado por guardaparques del PNG, la organización Island Conservation y con el apoyo de la Fundación Jocotoco y de la Universidad de Idaho (Estados Unidos), realizó un levantamiento de información para evaluar el estado de conservación en los lugares intervenidos.
Ocho días de evaluación
El equipo desplegó por ocho días una evaluación de reptiles, aves terrestres y marinas, caracoles y la cobertura vegetal de las dos islas, mediante variados métodos de investigación que permitirá determinar el grado de restauración ecológica, añadió el PNG.
El procesamiento de datos identificará con exactitud el porcentaje de restauración, aunque los resultados preliminares evidencian que Rábida y Pinzón muestran notables cambios y estabilidad en sus ecosistemas, agregó la fuente.
El Parque Nacional Galápagos señaló que esos cambios han permitido ofrecer un hábitat seguro a especies que tenían poblaciones muy bajas e incluso para aquellas que ya se consideraban extintas o que nunca habían sido reportadas en las islas.
Uno de los hallazgos relevantes fue en la parte alta de Pinzón, donde se encontró una población saludable y en crecimiento de «pachays de Galápagos», una ave endémica nunca antes reportada en esta isla.
«Los técnicos creen que pudo haber migrado desde Santiago (otra isla cercana) y encontrar en Pinzón el hábitat idóneo para establecerse, aunque por mucho tiempo se pensó que por las condiciones de estos territorios era poco probable que la colonice», explicó Rueda.
Pinzón de cáctus, también de regreso
Asimismo, se reportó el avistamiento frecuente del «pinzón de cactus», una especie considerada localmente extinta desde hace más de cuatro décadas.
Además, en Rábida solo se conocía el registro subfósil de salamanquesas de más de 5.000 años de antigüedad, pero esta evaluación evidenció la presencia de una población saludable de esta especie que aparentemente busca colonizar la isla.
«Es extraordinario ver el cambio que se ha dado en estas dos zonas durante la última década, sin la presencia de roedores que afectaban la reproducción de muchas especies de reptiles y aves», aseguró por su parte Paula Castaño, gerente de Especies Nativas de Island Conservation.
Para ella, «es inspirador ver como nuevas especies se establecen y como otras que estaban presentes -como los gavilanes de Galápagos- se reproducen de manera exitosa y están colonizando nuevos territorios, cumpliendo su rol como predador tope, manteniendo el equilibrio del ecosistema de las islas».
Las ratas, gran amenaza
Hace una década, un grupo de científicos puso en acción un plan para desratizar esas islas, bajo el criterio de que las ratas, solo después del hombre y los perros, eran la mayor amenaza para el frágil ecosistema de las llamadas Islas Encantadas.
Las Islas Galápagos, ubicadas a unos 1.000 kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador, están formadas por 13 islas grandes, 6 menores y 42 islotes, y por su riquísima biodiversidad fueron declaradas por la Unesco como patrimonio de la humanidad en 1978.
Se calcula que este archipiélago del suroeste del océano Pacífico alberga a más de 7.000 especies endémicas y nativas, muchas de ellas consideradas únicas en el planeta.