Un nuevo estudio publicado en la revista Nature revela que por primera vez se ha detectado lepra en chimpancés salvajes, en concreto en dos poblaciones de África Occidental no conectadas entre sí, en Guinea-Bissau y Costa de Marfil.
El análisis de estos casos muestra que las cepas de lepra son diferentes y ambas son poco comunes entre los humanos.
El origen de las infecciones no está claro, pero el equipo de investigación -dirigido por la Universidad de Exeter (Reino Unido) y el Instituto alemán Robert Koch- señala que los hallazgos muestran que la lepra circula probablemente en más animales salvajes de lo que se sospechaba, ya sea como resultado de la exposición a los humanos o a otras fuentes ambientales desconocidas.
En noviembre de 2020 el equipo publicó en un repositorio científico -sin la revisión de otros investigadores- los primeros datos; ahora la investigación aparece en una revista científica (Nature).
«Se trata de la primera confirmación de la lepra en animales no humanos en África», afirma la autora principal del artículo, Kimberley Hockings, quien agrega: «es sorprendente que también se dé en nuestro pariente vivo más cercano, el chimpancé, sobre todo teniendo en cuenta lo bien estudiados que están estos en la naturaleza».
La primera vez que los investigadores observaron posibles síntomas de lepra fue en una población de chimpancés en Guinea-Bissau, y los síntomas parecían ser sorprendentemente similares a los que padecen los humanos con lepra avanzada, incluyendo lesiones y la mano de «garra».
Para confirmar estos casos, el equipo de la Universidad de Exeter se puso en contacto con Fabian Leendertz, del Instituto Robert Koch, quien junto a Roman Wittig, del Instituto Max-Planck de Antropología Evolutiva, identificaron más casos de lepra en su lugar de estudio, el Parque Nacional de Tai, en Costa de Marfil.
La autopsia de una hembra mayor, así como las muestras fecales de un varón adulto que empezó a mostrar síntomas, también confirmaron la enfermedad.
Aunque el estudio es el primero en informar sobre la lepra en chimpancés salvajes, se han dado casos en chimpancés en cautividad, recuerda un comunicado de la Universidad de Exeter.
Las cepas identificadas en cada población de chimpancés son diferentes, y ambas son raras en los seres humanos y en otros reservorios animales de todo el mundo.
«En Guinea-Bissau es posible que los chimpancés hayan adquirido de algún modo la lepra de los humanos en este paisaje compartido, aunque la gente no mate ni coma chimpancés», explica Hockings.
Por su parte, Leendertz detalla que en Costa de Marfil los chimpancés están más alejados de los asentamientos humanos y parece más probable que estos hayan adquirido la infección de otra especie animal, o de una fuente ambiental como garrapatas o bacterias que viven en el agua.
La lepra en los humanos se trata fácilmente con medicamentos, pero el impacto en los chimpancés es difícil de predecir.
«Los chimpancés occidentales están en peligro crítico de extinción, por lo que incluso la pérdida de unos pocos individuos podría ser significativa», lamenta Hockings.
Este estudio supone un nuevo paso hacia la comprensión de la transmisión de la enfermedad en los países endémicos y más investigaciones acabarán por arrojar luz sobre la dinámica de la transmisión entre fuentes humanas, animales y ambientales.