El comité de asesores de la Administración de Fármacos y Alimentos de EE.UU. (FDA, en inglés) recomendó este viernes la aplicación de una dosis de refuerzo de la vacuna de Pfizer contra la covid-19 para los mayores de 65 años y la población de alto riesgo de la vacuna.
La aprobación se celebró en una segunda votación tras haber rechazado previamente, con amplio respaldo, el plan de una tercera dosis para la mayoría de la población, al considerar insuficientes las pruebas para administrar una tercera dosis a todo el mundo.
De este modo se restringe la petición de Pfizer, que había solicitado la aprobación para las personas mayores de 16 años de este refuerzo, seis meses después de la segunda dosis.
Durante la discusión de más de ocho horas, con intervenciones de decenas de científicos de Estados Unidos y otros países, especialmente Israel y el Reino Unido, quedaron patentes las dudas en la comunidad internacional acerca de la seguridad y pertinencia de la vacuna de refuerzo para los mayores de 16 de años.
En este sentido, el doctor Paul Offit criticó el apresuramiento mostrado por el Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, y la farmacéutica para lograr esta autorización general.
«Esta es una gran decisión (…) No entiendo cuál es la razón por la que no podamos dedicar más tiempo a mirar los datos», indicó Offit, del Centro de Educación de Vacunas del Hospital Infantil de Filadelfia (Pensilvania) durante el debate.
Por su parte, Michael Kurilla, especialista en enfermedades infecciosas de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, en inglés) de EE.UU. remarcó que «no está claro que todo el mundo necesite el refuerzo, más allá del pequeño grupo de población que claramente estaría en alto riesgo de una enfermedad grave».
La votación del panel de asesores de la FDA no es vinculante pero suele ser respetada por la agencia a la hora de emitir sus decisiones.
La recomendación supone un toque de atención para el Gobierno de Biden, que había dado su apoyo explícito a la propuesta y comenzado a hacer planes para iniciar la administración de esta tercera dosis a los mayores de 16 años con la vista puesta en el 20 de septiembre.
Entre los argumentos de apoyo al refuerzo los expertos de Pfizer citaron el repunte de casos por la variante delta, especialmente contagiosa, y las pruebas crecientes de que la protección de la vacuna comienza a disminuir con el tiempo.
La aprobación final la decidirán la próxima semana los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés).
La vacuna de Pfizer pierde eficacia a los cuatro meses
Precisamente este viernes se conoció un nuevo informe de los CDC que indicó que la vacuna de Moderna es la más efectiva para evitar la hospitalización por la covid-19, seguida de la de Pfizer y de la monodosis de Johnson & Johnson.
En concreto, señaló que la efectividad de Moderna es del 93%, la Pfizer/BioNTech es del 88% y la de Johnson & Johnson es del 71%.
Según los investigadores, la efectividad de la vacuna de Pfizer comienza a disminuir de manera más pronunciada que la de Moderna con el paso del tiempo: a partir del cuarto mes de haber sido administrada su segunda dosis se sitúa en el 77%.
La de Pfizer es la única vacuna que cuenta con aprobación total para su uso por parte de la FDA, ya que las de Moderna y Johnson & Johnson cuentan con autorización de emergencia.
Ralentización en la vacuna en EE.UU.
Actualmente, el 63.5% de la población estadounidense mayor de 12 años se encuentra vacunada con la doble pauta, y el ritmo de inoculación se ha ralentizado en los últimos meses, lo que ha elevado la preocupación entre las autoridades sanitarias.
En las últimas semanas, EE.UU. registra una media de en torno a 150,000 contagios diarios y cerca de 1,500 muertes, cifras no vistas desde el comienzo del año.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha mostrado en contra de esta dosis de refuerzo y ha pedido una moratoria a los países que buscan administrarla.
«Entendemos la preocupación de los Gobiernos de proteger a sus poblaciones de la variante delta, pero no podemos aceptar que los países que ya han utilizado la mayoría de los suministros de vacunas, utilicen todavía más, mientras que las poblaciones más vulnerables del mundo siguen sin protección», dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, el mes pasado.