Un nuevo mapa panorámico de los confines de la Vía Láctea ha descubierto una estela de estrellas agitada por una pequeña galaxia que, en unos 2.000 años millones de años, chocaría contra la nuestra y, además, puede ofrecer nuevas pruebas sobre las teoría de la materia oscura.
El estudio que publica hoy Nature ha empleado datos de 2009 a 2018 de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA) y el telescopio Neowise de la Nasa para trazar ese mapa de la región más externa de nuestra galaxia, que se conoce como halo galáctico y está escasamente poblado de estrellas.
Sin embargo, los expertos creen que puede contener una gran reserva de materia oscura, una sustancia aún desconocida que constituiría la mayor parte de toda la masa del Universo, pero de la que, hasta ahora, solo se han detectado sus efectos gravitacionales.
El estudio, que han dirigido astrónomos del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, revela que una pequeña galaxia llamada Gran Nube de Magallanes (GNM) «ha navegado a través del halo galáctico de la Vía Láctea como un barco a través del agua, creando una estela de estrellas detrás de ella».
Estudios anteriores habían insinuado la existencia de esa estela y el actual mapa confirma su presencia, ofreciendo una visión detallada de su forma, tamaño y ubicación.
Esta perturbación en el halo también ofrece a los astrónomos la oportunidad de estudiar la materia oscura, que creen que sería como una especie de andamiaje sobre el que se construyen las galaxias, de tal manera que, sin ella, saldrían volando al girar.
Si, como se considera, en el halo de la Vía Láctea existe materia oscura, el paso de la Gran Nube de Magallanes por esa zona debería dejar también un estela de materia oscura, explica en un comunicado el Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian.
La interacción entre la materia oscura y la Gran Nube de Magallanes tiene grandes implicaciones para nuestra galaxia, pues la gravedad de la materia oscura la arrastra y ralentiza.
Esto hará que la órbita de la galaxia enana sea cada vez más pequeña, hasta que finalmente colisione con la Vía Láctea en unos 2.000 millones de años.
Los autores del trabajo también creen que el nuevo mapa -junto con datos adicionales y análisis teóricos- puede proporcionar una prueba para diferentes teorías sobre la naturaleza de la materia oscura, como por ejemplo si está formada por partículas, como la materia regular, y cuáles son sus propiedades.